[Alemania, Berlín–1945]
Un lugar que se suponía que era seguro ya no lo era, los soviéticos estaban por venir y ellos ya no tenían ese lugar nada estar a salvó.
– Tenemos que irnos? – pregunto pregunto Occidental – ¿Solo por los rusos? – se encontraba confundido, no quería irse de aquel lugar que lo hacía sentir tal seguro, poco sabía de lo que le sucedería
– Sí, a mi tampoco me hubiera gustado irme pero no ahí otra opción – dijo Third Reich en un suspiro – Por ahora solo quiero tenerlos a salvó, a ambos – mirando a sus hijos
– Vamos oriental, Vati, no puede ser tan malo – dijo optimista occidental – No te preocupes hermano, si los rusos vienen yo te defiendo – dijo alegremente
– Eso debería decírtelo yo a ti... – suspirando, no sé sentía como un buen hermano mayor – Pero gracias igualmente... Hmm- Vati cuando nos vamos? –
– Pasado mañana, en la madrugada, será más seguro que salir a pleno día... –
– Bien Vati, lo que tú digas –
[Dos días después...]
Como lo dijo lo hicieron, salieron en plena madrugada, se llevaron algunas cosas como comida, algunas vendas medicina, un arma y la munición, y se dirigieron hacia un bosque cercano.
– Vati... Seguro de qué... Es seguro? – algo desconfiado, la situación no le gustaba y sabía que en cualquier momento podía salir algo mal – Los soviético igual nos encontrarán... –
– Tranquilo Oriental, por eso el arma, igual se tendrán que ir tarde o temprano, si conoceré a esos cobardes- – dijo con algo de rencor hacia ellos, recargando el arma por si acaso – Vamos, estaremos bien –
– Si, Vati tiene razón siempre la tiene, estaremos bien, tranquilo – sujetando la mano de oriental – No te preocupes, sí? –
– No lo sé, pero gracias por ayudar – mirando hacia el obscuro bosque – (Nada pasará... Nada puede salir mal) – siendo jalado por su hermano – Occidental espera, vas muy rápido –
– Vati se va – caminado más rápido – Camina más rápido – jalando para que se apure
– Ya voy... (Estaremos bien) –
[Días después]
Habían pasado días, no sabía cuantos, tampoco le importaba, lo único que le importaba era salir de esa situación lo más rápido posible, era perseguido por un soldado soviético o talvez más, pero no sé detendría a averiguarlo.
No sabía dónde estaba su padre ni su hermano, Reich se había quedado a disparar y ganar tiempo, mientras que el y su hermano huían, pero occidental lo dejo atrás, o el se adelantó? No lo sabía.
– (Vayanse, vayanse, no sé acerquen más) – corriendo por su vida, no quería ser atrapado y menos en ésas circunstancias – (Dónde? Dónde?!) – buscando con la vista a su hermano – Occidental?! Dónde estás?! Vati?! – resbalando con el lodo del lugar, levantándose inmediatamente con algo de dolor – (Corre, Deutschland) – escuchando algo a la distancia
– Hermano?! – corriendo hacia su hermano – Estás bien? Ya dejaron de perseguir nos, los perdimos –
– Si estoy bien, y tú estás bien? – revisando a su hermano – Te duele algo? Estás herido? – realmente preocupado – Y Vati? –
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Voces
Hayran Kurgu- No quiero escuchar esas voces... Es mi deber... Callarlas - Alemania sufría una enfermedad, gracias a sus múltiples traumas de la infancia, que solo podía ser tratada con pastillas, pero... Podrían convertirse en una adicción. Pero siempre es mejo...