Cuando desperté

Aire puro [paz mental]

Había llegado al límite o eso fue lo que me explicaron los psicólogos cuando les expliqué como pensaba tirarme de esa azotea o la vez que me intoxiqué con la tierra del patio, la que me prohibieron volver a ver u oler; fue en ese mismo edificio, en el que me tenían encerrado, en el que todos vivían como si nada, sin remordimientos. A nadie parecía importarle que muriera o mejor aún, ya habían asimilado incluso antes que yo cual sería mi final; triste, inevitable, pero claro, que más les va a dar a esos locos si un desgraciado como yo los dejaba de una vez en paz, eso era lo que querían y ahora tienen que estar tan felices como yo, porque en el fondo yo también quería huir y vivir una vida simple como ellos.

Por eso, en el despiste de mi supervisor, me escabullí por la puerta; la misma que tenía prohibido abrir, pero nunca dijeron que no podía salir si estaba abierta. Corrí buscando una salida por esos pasillos vacíos pude ver en las paredes fotos mias, no recuerdo cuando me sacaron alguna pero se me veía feliz y nunca lo estuve, al menos que yo recuerde desde que llegué a este mundo solo había sufrido. Subí por unas escaleras y llegue a mi salida, ya no habia vuelta atrás me acerqué al muro, un muro con un color que no había visto antes pero que me parecio hermoso, nada de lo que había visto antes se podía comparar a las vistas que tenía ahora a mi alcance, no sabía que hacer, la desesperación se apoderaba de mi en momentos así pero este no fue el caso.

Mi mente se despejó por primera vez, pensé que ya había muerto al no ser capaz de pensar en algo en concreto, toda mi vida pasaba por mis ojos y me di cuenta que en estos años solo estuve encerrado como en una jaula y ahora cuando empiezo a respirar quiero dejar de hacerlo. Todos mis pensamientos estaban desordenados, por un momento no sabía que pasó después de ese accidente o lo que había pasado antes, si estuve encerrado en ese lugar todo el tiempo y el trauma me borró a mi; las caras, los sentimientos, mi personalidad o solo son pesadillas que tengo desde ese día en cuanto cierro los ojos. Por qué seguía respirando y por qué el aire olía tan diferente que por un segundo me hizo querer quedarme aunque sea unos segundos más en esta vida.

Me desmayé.