Intentando conocerla

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Hola a todos, gracias por entrar aquí. Estaba intentando escribir un capítulo para uno de mis fics y se me atravesó esta pequeña historia en la mente (se oculta antes que la golpeen). «Este One-Shot fue escrito para el Matsuri EmocionArte de la página de Facebook Shikatema: Hojas de Arena». Mi aporte se basa en la emoción: Inseguridad.

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Como siempre quiero agradecer a todas las personas que me leen, y que además, se dan el tiempo de dejarme un comentario; agradezco también a las personas que votan, a las que me siguen, a las que añaden mis historias a sus lista y a las que simplemente me leen. Para todos ustedes, muchas gracias, me inspiran de cierto modo a continuar.

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One-Shot dedicado con mucho cariño a: lauratavara18, YussiSaab, SteisyDailynOrtegaRo, blacksmemory, EmaTeko13, DanielaElric, Camryts, Javix015, CarmindaMuoz, RoronoaSaki, Hannaliscovar y manueliperez6. Muchas gracias por comentar en "Dificil sin ella". Les mando a todos un gran beso y un abrazo.

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Disclaimer: Naruto y todos sus personajes son propiedad de Masashi Kishimoto. La historia es mía y la publico sin ánimos de lucro.

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Intentando conocerla

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Iba en el metro con su típica apatía, cuando la vio subir. Rápidamente se enderezó en el asiento y con disimulo la siguió con la mirada. No era la primera vez que la veía, pero sí la primera vez que se sentaba enfrente de él. La hermosa rubia de dos coletas estaba sentada a menos de dos metros de distancia, y en esta ocasión, no había gente en el pasillo que le impidiera querer contemplarla.

Sonrió para sí.

Sin duda, ir un domingo a casa de Naruto a enseñarle cálculo integral había sido la mejor decisión, ya que gracias a eso pudo coincidir con ella en aquel vagón. El penúltimo vagón que, como nunca, estaba vacío. No como todas las mañanas de lunes a viernes, cuando la veía abordar en medio de un mar de gente. Desde el primer día que la vio, ya habían transcurrido tres meses.

Mientras la observaba, el pelinegro pensó que, tal vez, esto no era casualidad. Quizás el destino quería que se conociesen, sin embargo, lo problemático de este asunto era iniciar una conversación teniendo en cuenta su inseguridad.

Shikamaru era un chico de bajo perfil y de pocos amigos, y con lo que respecta al sexo opuesto, no tenía mucha experiencia en realidad. Esto era porque encontraba a las mujeres muy problemáticas, por ese motivo las prefería evitar. Aunque con esta chica rubia, su percepción era diferente. Algo tenía que la hacía distinta y lo atraía como imán.

El de coleta siguió observándola hasta que la rubia se percató que alguien de enfrente la contemplaba. Primero lo miró de soslayo, aunque la insistente mirada la incomodó, por lo que no dudó en hacerle frente mirándolo fijamente y frunciendo el ceño.

Shikamaru al verse descubierto, le quitó la vista avergonzado y enseguida se sobó la nuca. No obstante, pese a sentirse cohibido y muy nervioso volvió a mirarla a los ojos transmitiendo cierto pesar. Quería disculparse; no quería que ella pensara que era un acosador. Tenía que hablarle, ya que tal vez sería su única oportunidad para entablar una conversación, sin embargo, al hacer el intento las palabras se le trabaron en la garganta.

Era demasiado problemático iniciar esa interacción.

La rubia al ver un deje de vergüenza e inquietud en los ojos del pelinegro, cambió su semblante de inmediato. Encontró tan genuina aquella reacción que no pudo evitar sonreírle. Era un chico con el cual nunca había cruzado palabras, pero que le provocaba muy buena impresión. Lo había divisado, varias veces, por las mañanas siempre en el penúltimo vagón. El mismo carro que acostumbraba a abordar ella.

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