Capítulo 5

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Julian Parker

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Julian Parker

Al terminar la reunión del consejo, decido buscar a Cass, me dijo que iría a los jardines. La verdad es que me preocupa, ya que hace un poco de frío afuera, aún estamos en primavera, pero hoy ha sido un día bastante fresco, además que ya es casi de noche, el frío se está asentando.

Salgo por la puerta que lleva al jardín principal, es donde se llevará a cabo mi boda en un mes. A lo lejos puedo visualizar que Cass está admirando el árbol, ese fue el elemento que le llamó y que lo hizo querer que la fiesta fuera al aire libre. Siendo sincero, es una gran idea.

Mientras más me acerco al lugar, más puedo percatarme de que Cassiel está temblando, lo dije, hace demasiado frío.

—Corazón —lo llamo una vez estoy lo suficientemente cerca—. Hace mucho frío aquí, vamos adentro.

—No, estoy bien —dice con la voz temblorosa, seguido de eso, escucho que solloza.

Me acerco más a él, lentamente cruzo mis brazos por su cintura, abrazándolo desde atrás. Cuando lo tengo así, su llanto se hace más fuerte, así que sólo aprieto el abrazo, intentando que se sienta reconfortado.

No sé por qué llora, pero me duele en el alma escucharlo.

—Yo hice algo, Julian —deja salir con la voz totalmente quebrada—, y vas a estar muy decepcionado de mí, y yo estoy decepcionado de mí y...

—Ya, corazón, no pasa nada, tranquilo —me despego un poco, permitiéndole darse la vuelta para que él pueda abrazarme a mí—. Shhh, está bien.

El príncipe niega con el rostro escondido en mi pecho, mojando mi camisón.

—Puedes contarme —susurro con cuidado.

Cass se queda en silencio durante un minuto más, sólo sollozando por lo bajo, apretando el abrazo. Una vez afloja sus brazos, vuelve a hablar.

—Tomé alcohol anoche —habló en voz baja—, después de lo que pasó con Claire yo no pude soportar la idea de perderla y tomé una copa de vino para relajarme.

Cierro los ojos unos segundos, tomo una larga respiración y me separo un poco, tomo su rostro con ambas manos, haciéndolo mirarme a los ojos.

—Cass, no estoy decepcionado de ti —dije en voz baja—. Tú ya has superado esa necesidad, hacerlo una noche no va a hacer que recaigas, ¿Bien? Fue una copa, estábamos en una fiesta. Preferiría que lo hubieras hecho por deseo, más que para relajarte, pero hey, sólo fue una copa —ante mi conforte, mi prometido asiente y puedo percatarme de las lágrimas saliendo de sus ojos—. Cassiel, jamás pienses que voy a decepcionarme de ti, jamás podrías lograr causarme ese sentimiento, tú eres un sol que brilla más cada día.

Ha sido un proceso difícil, le costó un año y un mes poder dejar de tomar de la manera en la que lo hacía. Jamás podré olvidar el día en el que tomó sólo una copa y no sintió la ansia de seguir.

La Unión {Elementales III}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora