Capítulo 17

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Brisa Eville

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Brisa Eville

Comprometida.

Estoy jodidamente comprometida... y le mentí a mi reina diciéndole lo contrario.

Más que a mi reina, le mentí a mi mejor amiga. Sin pensar demasiado en las posibles consecuencias, le dije que lo que tenía con su hermano no era nada formal, pero el príncipe hasta me propuso matrimonio, a lo cual yo sin duda acepté.

Estoy enamorada de Austin. Lo quiero mucho, y ni siquiera sé cuándo fue que desarrollé estos sentimientos hacia él, sin embargo me gusta lo que tenemos.

El hecho de que Claire le conceda un título a mi hermano me hace a mí parte de una familia noble, así que es imposible que alguien de la familia real se oponga por asuntos de clase social, pues seré de alta cuna, esa es una ventaja.

Pero para poder casarme con Austin necesito el permiso y la bendición de Claire, que aunque sé muy bien que ella no se opondría, no puedo sacarme la ansiedad de encima; probablemente sólo sean ideas de mías.

Sé que ella no lo haría, pero no quiero que alguien más dentro de la familia real crea que me caso con el príncipe porque quiera escalar de nivel o ganar poder. Me quiero casar con Austin porque lo he llegado a conocer de una manera que pocas personas lo hacen, porque me ha mostrado la buena persona que es en el interior, porque quiere cambiar, porque él me adora, y porque me ve como si fuera la gema más inalcanzable, que con suerte ha llegado a tocar.

Al principio no quería involucrarme con él ni siquiera en una amistad, pero de la nada ya estábamos besándonos en una habitación a oscuras, deshaciéndonos de nuestras prendas de ropa. Fue algo que se hizo costumbre, que hacíamos seguido, y al terminar siempre quedábamos vulnerables el uno con el otro, nos abríamos entre nosotros, contándonos cosas que sólo puedes decirle a alguien a quien le tienes severa confianza. Contamos nuestras inquietudes, alegrías, secretos, anhelos, así que fue inevitable enamorarme.

Es curiosa la manera en la que algo tan pasional puede convertirse en... amor.

Recuerdo la primera noche que estuvimos juntos entre las sábanas, no era la primera vez que me había acostado con alguien, pero de igual manera estaba nerviosa, yo no podía explicarme a mí misma la razón. Incluso recuerdo haberle pedido apagar todas las antorchas para dejar unas cuantas velas y que así sólo tuviéramos una luz tenue. Lo hice porque aunque ya tenía experiencia, me daba mucha pena que viera mi cuerpo. No se trataba de inseguridad, sólo que soy vergonzosa cuando de esas cosas se tratan.

También tengo presente el hecho de que él no dudó en hacer aquello, en intentar que estuviera cómoda en todo momento, aún cuando le dije que no tenía que ser tan dulce, que no era la primera vez que había estado con un hombre.

No me juzgó por ello, no me hizo menos, no se detuvo, no se arrepintió. Austin seguía con el mismo brillo de deseo en los ojos, como si que le hubiera dicho que otro hombre ya me había tocado no le importara, eso me hizo ver lo respetuoso que es con las mujeres, algo que siempre le voy a destacar.

La Unión {Elementales III}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora