He aquí, escribiendo, la forma más hermosa de expresión.
Desde hacia varias semanas -incluso, creo, meses, sin ser consciente - ha nacido una inquietante en mi. Este relato no es la clásica historia de dos enamorados que se hayan encerrados dentro de un destino que no les permite convivir, ni tampoco una historia de aventuras donde el protagonista se ve así mismo sometido a arduas situaciones de riesgo. Esto no es más que un diccionario. O tal vez no. Tal vez ni si quiera es eso.
Mi duda comenzó en un momento de soladad, he leído muchos libros y en todos hayé una similitud muy peculiar -y es ideal que así sea, de lo contrario, no habría nada que narrar- en cada uno de ellos se precenta un conflicto tormentoso del que no encuentran salida; "salida" que curiosa palabra y que cierta a la vez, la razón por la que no la encuentran es porque no es sencillo; la salida del laberinto debe ser difícil, y debe dejar una lección. Ésta es mi metáfora favorita, y puede no sonar lógico, pero aveces pierdo el sentido de ésto.
Y ésta es mi interrogante: ¿qué es el laberinto y cómo salir de él?