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Muevo mis manos y las dejo en su nuca para acercarla más a mí. Se separa un poco de mí y me lleva hasta la cama, se sienta y luego tira de mi mano para que me siente sobre sus piernas mientras relame sus labios.

Sin perder el tiempo vuelve a poner sus labios sobre los míos. Besa tan bien que no puedo pensar con claridad siquiera, sólo quiero que me bese y que no se detenga nunca.

Sus manos vuelven a tomar mi cintura y la aprieta un poco, haciendo presión hacia abajo. Sus dedos se entierran en mi piel y yo me remuevo un poco. Su lengua lame mi labio inferior y abro la boca para poder recibirla, maldición, besa demasiado bien.

Sin previo aviso se separa de nuevo, me empuja un poco y me bajo de su regazo. Ella se levanta, me da un pequeño beso y camina hasta la puerta.

—Que pases buenas noches. —Me guiña un ojo antes de salir y cerrar la puerta sin esperar una respuesta. Caigo derretida en la cama ante ese gesto, sigo sin poder creerlo todavía.

Me besó. Después de todo éste tiempo, finalmente, me besó y que bien que lo hace, volvería a esperar todo ese tiempo para que me vuelva a besar de esa manera.

Definitivamente ésta noche terminó mejor de lo que pensé que terminaría. Me levanto de la cama y voy directo al baño, me coloco la pijama y vuelvo a la cama con una tonta sonrisa plasmada en mi cara.

Me quedo mirando al techo mientras en mi cabeza se repite una y otra vez lo que acaba de pasar. Mi teléfono vibra en la mesita de noche y lo tomo rápido.

De: Mari Montilla 🌞
Ya estoy en casa, descansa 💛

Miro el mensaje un par de veces, se siente bien hablar con ella de nuevo. No quiero dejar de hablar con ella de nuevo, realmente me gusta la pequeña conexión que tenemos.

El Sol en tus Ojos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora