Capitulo 17

7 2 0
                                    

Salté y me agarré en la ventana con las manos haciendo fuerza hacia arriba como si estuviera haciendo una dominada y en nada estaba ya colocando las piernas de forma que pudiera saltar sin ningún problema, aunque siendo sincera la asistencia con la acera era tan poca que no me costó nada saltar.
- ¿ Qué creéis que significa lo que ha dicho ? - me pregunta Daniel que había salido por la ventana de los chicos.
- Pues ni idea - dice África delante mía ya que había salido antes que yo porque ella no llegaba a la ventana y he tenido que impulsarla hacia arriba.
Me quedé un momento pensativa mientras caminaba otra vez hacia el coche recordando cuando teníamos catorce años, fuimos a una cabaña junto a un lago y a Steve le encantaba bañarse todos los días hasta que un día vino con un par de flores muy raras que vivían debajo del agua y se le había enrollado en el pie de tal forma que no podia ni salir del agua hasta que consiguió arrancarlas de raíz.
- Se dónde está - le digo subiendo al coche y dejando la mochila donde estaba antes.
- Vaya - dice Daniel mientras arrancaba otra vez el coche.
- Si ha hablado con una de las camareras era porque seguramente el veía algo raro en todo esto puede ser que supieran para que querían las armas y tenían un tipo dentro para atraparlos o algo por el estilo - dice la chica sentada a mi lado.
- Si, pero si sospechaba era por algo quiero decir que seguro que escucho algo o vio algo que no le gustó - le digo pensativa.
- Seguramente vio algo desde el coche que no le gustó algún gesto o algo por el estilo o puede ser que volviera luego para hablar con ella - dice Daniel encogiéndose de hombros - Encontraría la forma de volver o algo no lo sé es todo un poco raro.
- Ahora se lo preguntaremos - les digo concentrandome en la carretera, no quiero tener ningún accidente.
Estábamos ya en las afueras otra vez pero hacia la otra salida del pueblo en dirección contraria a nuestra supuesta casa.
- ¿ Que demonios ? - dice África mirando por el retrovisor hacia la carretera.
- Pásame el arma - le digo a Daniel nerviosa - Pilla el volante África.
Mantengo el volante con una mano mientras con la otra cojo la pistola y me pongo en el asiento de atrás con la pistola preparada en el cristal trasero esperando a que ellos hicieran algo.

- ¿ Desde cuándo nos sigue ? - pregunta Daniel cargando su pistola.
- No sé si nos está siguiendo o no pero lleva detrás nuestra desde que hemos salido - dice África centrándose en la carretera.
- Vale, toma el desvío de la derecha - le digo esperando a que si el coche giraba bruscamente como lo habíamos echo nosotros es que nos está siguiendo. Y efectivamente dio un volantazo y se colocó detrás nuestras acelerando. Me pongo muy tensa cojo un palo de metal que había en el asiento de atrás y empiezo a golpear con toda mis fuerzas una y otra vez el cristal hasta que cedió y se rompió.
- Pero que haces - me dice África asustada mientras empiezo a disparar a las ruedas del coche de atrás y este aceleraba hacia nosotros.
- Somos nosotros o ellos - le digo viendo cómo salían ellos por la ventanilla y empezaban a disparar contra nosotros haciendo que me tuviera que agachar para que el asiento me hiciera de chaleco antibalas.
- Vale cuando estés recargando le disparamos en el retrovisor eso los despistará un rato - me dice por encima del ruido de las balas.

El cuerpo se me empezó a llenar de adrenalina y cuando los disparos fueron cediendo salí y disparé hacia el cristal dándole de lleno hasta que se rompió haciendo que ellos dieran un volantazo y los cristales se le esparciera cortándoles la cara y los brazos. África giró hacia la derecha otra vez y aproveché el descuido para pinchar las dos ruedas delanteras.
- Menuda pasada - dice Daniel con una sonrisa.
- Claro como no eres tú el que está conduciendo - dice la chica temblando por la adrenalina.
- Venga ya, ha estado bien no lo niegues - le digo colocándome bien el asiento al ver que ya no nos seguían.
- Bueno la verdad que ha estado bastante bien - dice tomando otra vez la carretera con una sonrisa.
- Oye, ¿te puedo hacer una pregunta? - me dice Daniel mirándome con intensidad.
- Depende de la pregunta hazla y te responderé.
- ¿Porqué perdiste a propósito en la prueba final? Quiero decir que no encajas aquí, eres demasiado buena en todo eres como un conejo intentando encajar con los leones.
- No encajo en ninguno de los dos sitios y por eso no me quieren allí y por eso tampoco me quieren aquí - le respondo siendo sincera - Y vosotros tampoco encajáis en ningún lado de echo nadie encaja hasta que es criado y cuidado como quieres que sea te moldean tus padres, tus amigos, tu familia en general, los profesores y ya no hablemos de los políticos. Si puede ser que nuestro caso pensamos por nosotros mismos y no nos ocultamos de detrás de una pantalla como hacen los demás y la sociedad como quieren que seas así de sencillo.
- Bueno sencillo sencillo no creo que sea pero tienes razón - me dice pensativo - Pero solo me has respondido a una cosa de las dos.
- Pues simplemente pensé en la otra persona y no en mi pero mi amigo entre comillas es demasiado débil, se deja llevar por la sociedad - le digo sin darle importancia aunque en el fondo me seguía doliendo y no va a dejar de dolerme.
- ¿Cómo crees que está él? - me pregunta África con el ceño fruncido.
- Seguramente haciendo lo que su padre quiere que haga - le respondo negando con la cabeza.
- No me lo puedo creer, es que no entiendo cómo alguien puede hacerle eso a una persona que se supone que te quiere tanto - me dice Daniel indignado.
- Ya te lo he dicho, para mí esas personas no son ni seres humanos. Yo por ejemplo, crees que todo el mundo me cae mal, que os odio a todos y no os aguanto, que no puedo enamorarme de nadie... - les digo pensativa - Pero es mi forma de protegerme, querer a alguien es tener una debilidad.
- Y tu debilidad es Steve y le han dado de lleno - dice África mientras llegaba ya al lago que yo había marcado en la pantalla que había en el cristal de la parte delantera del coche donde puedes marcar la dirección poner una peli y todo lo que quisieras y no molestaba al que conducía ya que había coches que conducían solos pero este no, así que solo se refleja en la parte del copiloto.
- Es hora de ver si tenía razón o no - les digo bajando del coche lo más rápido posible colocándome la mochila en la espalda.

El lugar era precioso había patos y cisnes por todos lados y las flores de verano estaban floreciendo dejando un olor muy agradable. El cielo estaba perfectamente despejado y azul, no había ni una sola nube lo cual me hacía sentir que era libre como un ave que volaba sin presión de nadie. Analicé la casa con el arma empuñada, me acerqué a la casa con cuidado pero con decisión y entonces se abrió la puerta principal haciendo que me asustara y apuntará con el arma a la persona que estaba saliendo de la casa.
- He escuchado el coche, me he animado y la he visto - dice una voz familiar.
Bajo el arma al instante notando como el corazón se me encogía al verlo como si hiciera meses que no lo había visto, me quedo quieta un momento sin saber que hacer tenía ganas de pegarle un puñetazo por no haberme dicho lo que pasaba. Lo miré, parecía estar bien, un poco sucio pero no estaba herido, observé cómo los otros dos le decían que se alegraban de verle y que se alegraban de que estuviera bien. También tenía la necesidad de irme sin decir nada y ya hablaría con el más tarde de todo lo sucedido, lo volví a mirar y mis piernas empezaron a avanzar sin darme cuenta como si tuvieran vida propia y supieran exactamente lo que tenían que hacer así que dejé que me guiaran hacia él, me miró y yo le devolví la mirada antes de acercarme y para mi sorpresa y la de todos le rodeé con mis brazos.
- Vaya me has echado de menos - me dice devolviéndome el abrazo acariciándome la espalda de forma cariñosa.
- Callate - le digo antes de darme cuenta de que se me habían caído unas lágrimas.
- Yo también te quiero - me dice apretándome más hacia él lo que hizo que me entrara un escalofrío por la espalda.
- Volvamos, aquí no estamos a salvo - dice África interrumpiendo el abrazo.
- Si - le digo apartándome y alejándome de él lo más rápido posible para que no me vea las lágrimas.
Noté su mirada en mi nuca pero no era lo suficientemente valiente como para mirarle así que él me cogió del brazo haciendo que diera la vuelta para poder mirarme. Me miró un segundo y me limpió la cara con la yema de los dedos notando su roce suave.
- Ya no llores, estoy bien - me susurra de forma cariñosa - Se que hice mal al irme de esa forma pero lo tenía que hacer.
- ¿Lo tenías que hacer? Va dime una razón por la que tenías que irte así sin decirme nada, me has tenido muy preocupada - le digo intentando controlarme.
- Ya lo sé, te lo he dicho pero, ¿que querías que hiciera?, tenía que ir sí o sí y me avisaron muy rápido. ¿Te crees que yo quería dejarte sola con esa gente? Pues no, por supuesto que no joder estoy colado por ti pero tú sigues empeñada en no darte cuenta - me dice dándose cuenta de lo que acababa de decir.

Me quedé muda sin decir nada ya que no sabía que decirle ni como reaccionar a lo que acababa de escuchar. En el fondo ya sabía que le gustaba pero también pensaba que podía ser cosa de cariño y que yo estaba confundiendo las cosas pero aún así no sabía que decirle porque ni yo misma sabía lo que sentía, sabía que me gustaba pero no sé si lo estoy confundiendo con cariño ya que nunca había llegado a sentir esto por nadie pero siendo sincera tampoco sabía lo que se sentía al querer a una persona porque si había querido a mí madre y a mí mejor amigo cuando era una cria pero eran amores diferentes, los veía como una familia y supongo que no es lo mismo verlo como familia, que como amigo, que como pareja...

- ¿No vas a decir nada? ¿Enserio? Sí, no te tenía que haber dicho nada no te tomas enserio nada de lo que te digo ni mis sentimientos, ni siquiera se porque me gustas si eres... - me dice poniéndose rojo por la rabia, se me queda mirando unos segundos muy tensos pero yo no podía ni mirarle a la cara - Da igual no digas nada, para que si te importa una mierda - me dice mientras se iba hacia el coche.

Le seguí hacia el coche sin poder hablar ni mirar a nadie y menos a cierta persona. Me senté en la parte trasera y dejé que conduciera Daniel ya que a mí no me apetecía.
- Ten cuidado con los que nos estaban siguiendo -  dice África mirando por la ventanilla.
- No creo que nos siga nadie ya - dice Daniel con una sonrisa - Que bien que te hemos encontrado, nos estábamos desesperando ya.
- Si, ya - dice Steve mirándome de reojo para ver mi reacción pero lo único que podía hacer era mirar fijamente el suelo negro del coche - No entiendo para que habéis venido.
- La que estaba más preocupada era Lu, tomó la iniciativa se peleó con toda la casa - le dice África con una sonrisa. Me mojé los labios con la lengua respirando con dificultad.
- Venga ya - dice Steve haciendo que cada vez me enfadara más.
- Que quieres que te diga ¿Que me gustas? - le digo mirándole a los ojos - Pues si me gustas, ya está, ¿contento ? - le digo muy seria mientras él me devolvía la mirada.

Los imperfectos: El Comienzo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora