NO LO VOY A DEFRAUDAR

Por Regina/Inesita2

Capítulo 1.- DESHEREDADO... ARRUINADO... ESO ERA LO QUE HABÍA

La incomprensión total de su familia y por ende el rechazo de la sociedad de la cual era un niño mimado...

Por Dios! si hasta la mujer que dijo amarlo para toda la vida, le pidió el divorcio para no verse arrastrada con su patrimonio, a afrontar las deudas que cayeron sobre su fortuna.

Paradójicamente, los únicos que se mostraron comprensivos y solidarios fueron los empleados de su empresa... "su empresa" si hasta sonaba ridículo decirlo.

Daniel Valencia, se quedo con las acciones que el ofreció a la junta de accionistas, en pago de las perdidas ocasionadas por la colección fallida y por el posterior incendio que acabo con un sector de la fabrica.

Sus padres, retiraron el capital y la empresa se dividió, no fue suficiente implorarles, rogarles, suplicarles su ayuda. No el era un fracaso, eso le dijeron, y no estuvieron dispuestos a contribuir con el dinero necesario, a pesar que contaban con el en sus cuentas, para levantar esos dos desastres seguidos que lo habían llevado a la quiebra.

Ninguno de los amigos poderosos confió en él.

Vendió todo, absolutamente todo, dejo la empresa saneada, mas pequeña pero totalmente sin deudas.

Consiguió reubicar a los empleados que quedaban sin trabajo y entrego todo en orden a su "amigo" Mario Calderón, a su ex-cuñado Daniel Valencia y a su ex-esposa, Marcela Valencia, los niños mimados de sus padres.

Tres meses desesperantes, de golpear puertas, de pedir ayuda, no por él sino para los que alguna vez dependieron de él.

Luego de ubicar a todos, llego su desastre personal, su esposa, la que le sugirió el divorcio como forma de no arruinarse ambos, hoy hacia efectivo lo que siempre supo, nunca lo amo, solo fue una obsesión en su vida y, basto que lo alcanzara la pobreza y el desprestigio social, para que las "ratas huyeran despavoridas".

Bueno pensándolo bien, mejor así. Estaba solo, pero mejor solo que acompañado de tantos hipócritas.

El mayor desencanto fue su familia, pero bueno de alguna manera el intuía que las cosas eran así.

Solo su hermana lo escucho y consoló, pero la pobre no tenia forma de ayudarlo, ya que fue desheredada antes que el, cuando cometió el error de enamorarse de un pobre e ir a vivir con el y su hijo. Ella era feliz, a pesar de la vida ajustada que llevaban con Dante, ellos eran dichosos con su trabajo y su pequeño Armando. Nunca le acepto su ayuda material y solo acepto a regañadientes y por que la necesidad acuciaba, la modesta casita que el padrino de su hijo o sea su hermano, les regalo cuando bautizo al niño en Barranquilla.

Es que Camila fue tan testaruda, que ni siquiera acepto un piso nuevo, no, ellos eligieron una casita con jardín, muy acomodada que fueron arreglando y ambientando a sus necesidades y donde él tenia un lugar para ir cuando quisiera, el cuarto del tío, como decía Armandito.

Era increíble, su nombre parecía maldito en Bogotá, sospechaba una mano negra, pero ¿Por qué? El dejo todo en orden, no había hecho mal a nadie.

Al principio, salio solo, se emborracho, se peleo en los barrios bajos, descargo su angustia y sus frustraciones, hasta que un día un par de muchachos, muy, pero muy feos, se apiadaron de él, lo recogieron de la calle y lo llevaron hasta su propio auto y de allí a un hospital público. La muchacha, le trajo comida durante dos días, aunque el solo la vio un momento entre sueños y el muchacho lo vino a cuidar durante las dos noches que estuvo internado. Le dejaron su dirección y él no volvió a saber de ellos, solo pudo darles las gracias, pero se dio cuenta que eso, para esos humildes seres, fue suficiente.