Capítulo 3: Mis Pequeñas pesadillas.

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El sol parece apagado mientras los nubarrones descargan aquella lluvia fría sobre lo que parece ser el pueblo en el que nació dejando caer aquel muñeco hecho de latas y aluminio que al contacto con el suelo hace que los otros juguetes comiencen a convulsionarse riendo y aullando como si estuviesen vivos, carcajeándose en voces chillonas que repiten una y otra vez su nombre.... Kidd ... kidd vamos a jugar... Kidd .... Kiddd vamos a arrancarte la cabeza - gritaban convulsionándose violentamente moviendo sus brazos y cabezas de manera errática entonando una improvisada melodía que hace años no escuchaba.

 Kiddd vamos a arrancarte la cabeza - gritaban convulsionándose violentamente moviendo sus brazos y cabezas de manera errática entonando una improvisada melodía que hace años no escuchaba

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- El Pobre niño triste.......

- solo en este mundo, su padre lo abandono.!

los canticos improvisados y perversos entonados por las voces de infantes por los muñecos comenzaron a retumbar en su cabeza mientras los recuerdos de su vida lo atormentaban, Es aquella fastidiosa melodía que alguna vez cantasen los mocosos que sin ninguna compasión concibiesen aquel fatídico día de invierno, aquel en el que el no pudo hacer nada, no obstante a pesar de la crueldad de este encuentro el pelirrojo se mantiene serio y empuñando sus manos comienza a destrozar a los juguetes sin mucha dificultad que lo único que pueden hacer es gritar de agonía entre sollozos desgarradores acompañados con la sangre que brotaba de sus cráneos , cuellos y extremidades rotas dejando los vestigios de aquel crimen en la cara y cuello del pirata, la estúpida canción , había terminado al fin con la cabeza de su última víctima de plástico entre sus dedos, una horripilante cabeza de muñeca de porcelana que aprieta para terminar con este patético intento de asustarle.

Kid: ¡Cierren la puta boca de una buena ves! - observando por algunos segundos la cabeza de muñeca que tenía entre sus dedos, sin embargo, la cabeza comienza a reír y a girar sus ojos hacia arriba dirigiéndolos hacia una de las esquinas oscuras cerca del techo de la choza.

- Mamá mamá... mamá- Exclama la cabeza en una voz retorcidamente infantil.

Al dirigir la vista hacia el techo de zinc yace entre la oscuridad un túmulo negro del que destilan hilos de alguna substancia viscosa de color blancuzco que abre unos 6 brazos articulados hechos de madera o quizás plástico a modo de patas bañados en esa misma hedionda substancia que desciende lentamente moviendo su bulboso cuerpo conformado de cabezas , piernas , brazos y dorsos de manera incoherente haciendo un sonido como el de madera rompiéndose hasta estirarse completamente dejando que ver que es más grande de lo que parecía en un principio , un cien pies gigantesco hecho de partes de maniquíes; que al girar sus espantosos globos oculares de vidrio hacia él abre sus mandíbulas triples mostrando una infinidad de dientes hechos con pedazos de aluminio , vidrios rotos y navajas de afeitar.

Al dirigir la vista hacia el techo de zinc yace entre la oscuridad un túmulo negro del que destilan hilos de alguna substancia viscosa de color blancuzco que abre unos 6 brazos articulados hechos de madera o quizás plástico a modo de patas  bañado...

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Deliryum  Perfume of MadnessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora