Bailando one-shot Vanoé/NoéxVanitas

I

Y bailando me di cuenta. Se me aclararon todas las dudas que alguna vez se formularon en mi cabeza desde aquel peculiar día en el que te conocí. A pesar de haber encontrado respuesta a lo que atormentaba mi corazón, reuní valor para preguntarte, justo como la primera vez que danzamos aunque distinto, habíamos pasado demasiadas cosas pero la duda seguía siendo la misma.

- Vanitas

- Dime Noé - tenías una preciosa sonrisa en el rostro, no era como las que te había visto hasta ahora, esas típicas con tono pícaro. No, esta era una apacible, transmitía estar traquilo y feliz

- ¿Qué diablos es el amor?

Tú te quedaste mirándome, había hablado más alto de lo que pretendía, tu sonrisa se ensanchó y te veías hermoso, tus ojos azules brillaban con la luz de las farolas que alumbraban nuestras figuras danzando, era torpe pero me guiabas con delicadeza, la mano que descansaba en mi espalda daba caricias cuando me querías dirigir a un lado o al otro, mientras la otra se entrelazaba con la mía como si fuera un puzzle perfecto. Seguías moviéndote con gracia, eras lo más elegante que jamás he podido contemplar, tu largo pelo suave como la seda flotaba en el aire y me dio la impresión de que el tiempo se detuvo mientras tú parecías pensar en una contestación que pudiera satisfacer mi curiosidad. Sabías perfectamente que ya sabía la solución a esa incógnita porque en mí empezó a florecer ese sentimiento tan complejo, solo quería saber si tú podrías llegar a sentir lo mismo, solo un atisbo de esperanza era lo que me hacía falta para poder lanzarme ante la oportunidad de intentar tocar el paraíso a tu lado. Sin darme cuenta estuve conteniendo el oxígeno hasta que me volviste a hablar.

- Cada uno tiene una percepción distinta del concepto del amor pero... - hiciste una pausa, creía que te gustaba jugar con mi mente intentando que me desesperara - para mí el amor es cuando te pillo mirándome de reojo, cuando decidiste permanecer a mi lado por mucho que intentara apartarte por miedo a encariñarme contigo más todavía, cuando le cogiste el brazo a aquel doctor que tanto dolor me trajo en el pasado solo porque no soportabas la idea de que me tocara un solo pelo, cada vez que decides confiar en mí, en que soy una buena persona pese a que ni yo mismo me considero así, no pude matarte por una razón. Pequeños detalles que me aseguran que enamorarme de ti valió la pena

- Vanitas...

- No sé cuanto tiempo me queda o si de verdad voy a enloquecer por culpa de mi condición de ser familiar del clan de la luna azul por utilizar este libro pero sólo sé que en cualquier caso me gustaría pasar ese período contigo y si me muero que sea en tus brazos

No me aguanté más, moví la mano que reposaba en tu hombro, me permití posarla en tu mejilla para compartir un dulce beso contigo, no tardaste en corresponderme, un cosquilleo se repartió por todo mi cuerpo. Una sensación fantástica se apoderó de mí, no quise pero me adentré en tu cavidad con mi lengua haciéndote un pequeño corte en el labio provocando que un hilo de sangre se escurriera, inmediatamente me aparté temiendo tu reacción. Solo me miraste con ternura, me tendiste la mano, la cual cogí gustoso, y acto seguido me vi en el techo, sentado a tu lado como tantas veces viendo el atardecer juntos pero hoy sobre todo no quería perder el tiempo en el cielo ni el paisaje sabiendo que te tenía conmigo después de habernos declarado nuestro amor sellándolo con aquel beso de segundos atrás que no dejaba de repetirse en mi mente, quería más, sin embargo estaba asustado por el incidente de haberte hecho una pequeña cortadura. Solo me quedaba contemplarte hasta que decidieras darme alguna señal que finalmente llegó.

- Ya no me importa - dijiste mirando al frente, no sabía si eso era algo bueno o malo, estaba nervioso y confuso

- ¿Qué?