𝑁𝑜 𝘩𝑎𝑦 𝑛𝑖𝑛𝑔𝑢𝑛𝑎 𝑟𝑒𝑙𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 (𝟷𝟼)

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(Ivette)

La gente empezaba a irse y yo estaba deseando poder volver al hotel.

Nicolle y yo estábamos en una de las tumbonas que tenía el jardín, ella miraba el cielo mientras acariciaba mi espalda y yo la miraba a ella mientras acariciaba su mejilla.

Me sentí en paz. Con ella me sentía así.

-¡Ivette!-gritó mi madre enfadada mientras se acercaba a nosotras.

Ni me inmuté, lo único en lo que estaba centrada era en los dedos de Nicolle dibujando figuras en mi espalda.

Se puso delante nuestra con los brazos cruzados.

-¿¡Se puede saber por qué no te has estado despidiendo de los invitados!?

Me encogí de hombros.

-Es tu fiesta, no la mía, me dijiste que viniera y eso he hecho. Yo he cumplido.

Frunció el ceño mientras su mirada iba de Nicolle a mí y de mí a Nicolle una y otra vez.

-¿Por esto has dejado a Alec? ¿Te has convertido en lesbiana?-preguntó horrorizada.

A Nicolle se le escapó una risa y rápidamente se tapó la boca.

-No me he convertido en nada y no, no dejé a Alec por eso.

-¡Es que no lo entiendo! Siempre te ha tratado muy bien y encima ha venido hasta aquí para poder verte. Estás perdiendo a un gran chico.

-¡Estoy perdiendo de vista a un capullo!-grité poniéndome de pie.

Mi madre me miró cada vez mas molesta por mi actitud.

-¡No era un gran chico! ¡Era un hijo de puta infiel!-la señalé con el dedo-Deja de defenderlo o juro que no vuelves a saber nada de mi en mi puta vida.

-Ivette, soy tu madre, baja ese dedo y tenme un poquito de respeto.

Solté una carcajada irónica.

-¿Estás de coña? Eres mas su madre que la mía-di un paso hacia ella- ¿Sabías que me pegaba?-gruñí-Que tiró toda mi ropa que no era de chándal para que no me viera provocativa, ¡que me prohibió estar con mis amigos hombres a solas!-mis ojos empezaban a humedecerse y en mi garganta se formó un nudo que me impidió seguir hablando.

Sentí las manos de Nicolle rodeando mi cintura y atrayéndome hacia ella.

-Vámonos, no merece la pena-susurró con dulzura.

-Me parece indignante que te inventes esas cosas para intentar que él sea el malo de la historia-replicó.

-Se acabó-dije ya agotada psicológicamente-me largo y esta es la última vez que vas a saber de mi.

-Olvídate de que te pague la universidad.

-¡Me la suda! Odio esa carrera, dios pienso dejarla nada más llegar-cogí a Nicolle de la mano y caminé con rapidez para salir de allí cuanto antes.

-Ivette...

Escuché que me llamaba pero seguí caminando lo más rápido pido que podía.

Paró en seco y tiró de mi, me rodeó con sus brazos haciendo que escondiera la cabeza en su pecho.

No aguanté más, empecé a llorar intentando sacar todo lo que llevaba dentro.

-Ya has salido de esa jaula, nadie más va a hacerte algo así nunca, te lo aseguro.

Me abracé con mas fuerza, los sollozos escapaban de mi garganta.

-Solo quiero volver a casa-dije en un hilo de voz.

Aquella canción que te dediqué Donde viven las historias. Descúbrelo ahora