La llegada

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-Emmanuel, que vas a hacer en vacaciones?

-Voy a ir con un tío, pero no solo por vacaciones, recuerdas que te dije que iba a tomar un tiempo sin estudiar? Bueno, lo voy a pasar allá.

-Oh... Queda muy lejos?

-Bastante, casi 8 horas en coche.

-No pues, creo que ésta va a ser la última vez que nos veamos por un largo tiempo...

-Creo que sí, pero no te preocupes, podemos hablar por teléfono, que no es lo mismo pero al menos para no perder el contacto.

-Si, si tienes razón. Cuídate amigo.

-Chao.

Ya en su casa y pocos días después, Emmanuel estaría guardando todas sus cosas en una maleta,

-Oye Emmanuel, hijo. Estás seguro de que quieres irte? Un año es mucho, si lo que quieres es trabajar lo puedes hacer aquí perfectamente.

-Graciac ma, pero no es lo mismo, mi tío vive en una de las ciudades más importantes del país, y no es la misma experiencia que vivir en nuestra ciudad, es muy pequeña.

-Ya lo sé pero...

-No me vas a poder convencer, menos aún cuando en 3 horas sale el autobús.

-Al menos lo intente... Cuídate mucho hijo.

-Igualmente mamá, nos vemos en un tiempo.

Llegando a la ciudad, Emmanuel estaría sorprendido de tantos edificios, tiendas y centros comerciales que hay.

-Wow, se ve sorprendente. Quedan como... 20 minutos para llegar a la estación, bien. Le voy a mandar mensaje a mi tío que ya llegué a la ciudad, para que sepa de una vez.

Emmanuel iría a la ubicación que le envío su tío Gerardo, una vez ahí...

-En éste edificio vive mi tío? No se tan ve mal, de seguro es bastante caro vivir en ésta ciudad y no pudo conseguir algo mucho mejor. Será mejor que entre, parece que va a llover y no me quiero mojar.

Ya en recepción.

-Se supone que mi tío debe estar aqui a abajo esperándome... Tío!

-Hmm?

-Hola, como ha estado?

-Bien... Quién eres?

-Huh? Soy yo, Emmanuel.

-... Oh si, lo siento, te imaginaba algo distinto, no creria que el hijo de alguien como lo es tu padre tuviese el cabello así de largo (Sin mencionar poco que ha crecido).

-Oh claro, mi padre es muy estricto pero particularmente en el cabello le da igual, dice que lo hace recordar a un viejo amigo.

-Ya veo, oye, te parece si me acompañas a comprar algo a la tienda? Así te enseño un poco la zona.

-Claro, pero no sé que tan buena idea sea salir mientras está cayendo este aguacero.

-Tienes razón, pero tengo un paraguas así que no te preocupes por eso.

-Muy bien, solo que dónde dejo la maleta?

-Pues podríamos subir pero... Disculpe, recepcionista.

-Qué?

-(Ay, vaya humor) Me puede cuidar ésta maleta una media hora? Solo no le pierda la vista porfavor.

-Como sea.

-Bien Emmanuel, vamos.

Saliendo de la tienda.

-Gracias tío.

Un año sabáticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora