Parte 1

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Despierto acelerada por el sueño que tuve, ver a mis padres cantándome mi canción sokoviana favorita que sonaba en las sitcom que veía de pequeña, parecía tan real.

Pero mi realidad era muy distinta, sentada en mi cama y vestida con mi bata médica, esperaba a los generales del Barón.

Si, tanto yo como mi hermano nos encontrábamos en celdas distintas para que experimentaran con nosotros y al parecer funcionó. Todo esto fue gracias a Struker, que nos sacó de la calle y le doy gracias ya que no querría ver como otro miembro de mi familia moría

La puerta fue abierta, un soldado entra y me entrega unas prendas de ropa.

-Póntelo, el Barón Struker quiere verte a ti y a tu hermano.- no dije nada, me quedé mirándole hasta que salió de la celda.

Rápidamente me levanté de la cama y empecé a cambiarme de ropa, estaba nerviosa ya que es la primera vez desde que entré en este lugar en que el Barón Struker me necesita para algo que no sea sobre sus experimentos.

Salgo de la celda con cautela y veo a Pietro apoyado en la pared esperándome.

-Eres muy lenta.- se acerca a mí y me da un abrazo que recibo gustosamente.

-No es mi culpa que seas super veloz.- ríe.- Vamos o llegaremos tarde.

-Ven, yo te llevo.- me coge en peso y me agarro fuerte a él.

Al llegar vemos que la gente corría por todos lados, científicos, militares etc... De fondo se escuchaban los explosivos de los tanques además de las armas.

-Wanda, Pietro, necesito que distraigan a los Vengadores en lo que nosotros terminamos de recoger los equipos.- Struker se acercaba a nosotros con varios militares.

-Yo me encargo del exterior.- se ofreció mi hermano.- No me verán llegar.

-Wanda, quiero que te encargues de los equipos informáticos de la planta baja.- me entregaba la llave para pasar los escáneres.- Yo me encargo de Tony Stark.

Tony Stark el hombre que creó los explosivos que mataron a mis padres y casi a nosotros. Si no fuera porque Struker nos recogió de la calle y nos dio cobijo, estaríamos muertos y todo por su culpa.

-Si necesitas ayuda chilla mi nombre alto.- miraba preocupada a mi hermano.

-Tranquila.- acaricia mi megilla.- Anda ve, y procura que no entre nadie.

Se va rápidamente y eso hace que me centre en mi trabajo.

Vuelo hasta la planta alta y paso el escaner para acceder a la planta, todo estaba bastante calmado en comparación de lo que ocurría arriba. Veo la luz de una habitación encendida y con precaución camino lentamente hacia ella, con mis poderes apago las luces.

-Mierda, no va.- una voz femenina sonaba en la sala.

Veía que encendía una linterna pero yo me escondía entre las sombras.

-Tony necesitaré un segundo para reiniciarlo todo.- hablaba desde un pinganillo.

Así que está con Tony Stark.

Rápidamente enciendo las luces de la sala y me dejo ver.

-No deberías estar aquí.- pongo mis ojos escarlata.

-Ni tu tampoco.- saca rápidamente la pistola y me apunta.

-Eso no funciona conmigo.- con mi mano le quito la pistola.

-Espero que esto funcione.- viene corriendo hacia mí.

La elevo en el aire y la estampo en la pared, dejándola inmovil.

-Cómo has entrado aquí.- giro la cabeza levemente.

-Tengo una habilidades que me permite meterme en sitios que no debería.- sonríe.

-¿Qué quieres de esta sala?.

-Nada que te importe.- intenta moverse pero yo apreto más las manos.

-Sabes creo que la que está en un aprieto aquí eres tú así que responde.

-Vengo a llevarme los informes de venta de personas con habilidades.

-Pero qué dices, Struker no hace eso, nos mejora, pero no nos venden.- la aflojo un poco.

-Si es lo que quieres creer, miralo tu misma.- mira el ordenador.

Camino rápidamente hacia el ordenador y veo que la cuenta está abierta ya que esa mujer la había hackeado, miros las carpetas y veo una que dice "Ventas" al abrirla me quedo sin palabras, habían obtenido millones con ventas de personas con habilidades, habían tantos, niños, adolescentes y adultos de todas las edades.

Me apoyo en la mesa y solo podía concentrarme en mi respiración.

-Wanda Maximoff.- elevé mi cabeza, pero no la miré

-Como sabes mi nombre.- hable seria, sin dirigir mi mirada.

-Lo sé porque tú y tu hermano son las únicas personas que quedan con habilidades, los únicos que quedan de la lista.

Rápidamente voy a la lista y en el buscador escribo mi apellido. Lo que ví me dejó sin aliento, tantos años a su lado, dejándome experimentar para tener un lugar en el que vivir, para servir sus órdenes para que al final me venda a un político por doce millones.

La verdad creo que el problema lo tuve yo por hacerme ilusiones.

Me alejé lentamente de la mesa y sentí como una mano me agarraba de la cintura y con otra mano me tapaban la boca con un pañuelo.

Me había olvidado de agarrarla.

-No me dejaste otra opción.- susurró en mi oído.

Intenté moverme pero estaba empezando a marearme, ella notó que me iba a caer y me cogió en brazos.

-N-no.- intentaba hablar pero me costaba.

No quería que me vendieran o que me mataran.

-Pietro.- susurré

-Shhh.- me dejó tumbada en el suelo.

Lo último que vi antes de quedarme inconsciente fueron sus ojos.

I JUST FEEL YOU "WANDANAT"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora