Adolescent | •ThomaTo•

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Aun recuerda su niñez, al menos la parte buena, donde recibía amor de parte de sus padres y era amado por todo el personal de aquella mansión, era tan solo un niño pequeño al que le daban cosas para hacerlo feliz, no solo cosas materiales.

No recuerda con exactitud todos los momentos puesto que era muy pequeño, pero recuerda jugar con sus padres, con las sirvientas o incluso meterse a la cocina para hablar con los encargados de cocina e incluso ayudarles, y sus padres lo permitían, nunca le regañaron por esto. Sacaba buenas notas por sus padres y estos estaban felices y orgullosos de su hijo, tal vez todo cambió cuando tenia 6 años.

『. . . 』

-¿Dónde está mamá?.- pregunto el pequeño Kamisato.-

-Sigame, su madre acaba de llegar a su habitación.- una de las sirvientas tomó su pequeña mano y lo guió hasta la habitación de sus padres.-

El entró corriendo y feliz cual niño pequeño, no había visto a su madre hace un tiempo y estaba feliz. Cuando entró solo visualizo a su madre sosteniendo a un pequeño bebé entre sus brazos.

-Mi pequeño Ayato, acércate.- le dijo su madre, a lo cual el pequeño se acercó.-esta es tu pequeña hermana, Ayaka, desde ahora deberás cuidarla.-

『. . .』

Tal vez ese fue el momento en el que cambio todo, sus padres comenzaron darle más atención a Ayaka, pero el pequeño niño lo comprendía, una sirvienta le hizo ver que Ayaka no se podía valer por si sola debido a que era un bebé, ocupaba de la atención de sus padres.

Ayato lo entendía, pero a veces no podía evitar sentirse celoso, al fin y al cabo era un niño que también quería atención, lastima que empezó a recibir otro tipo de atención que él no quería.

『. . .』

El pequeño de tan solo 7 años entró corriendo a la cocina, todos los que trabajaban en la cocina lo saludaron amablemente, les animaba que el niño viniera a verlos y de vez en cuando a ayudar.

-¡Hola! ¿Puedo ayudarles?.-pregunto el pequeño de forma animada, no tardo mucho para escuchar un llamado de su padre, poco después entró bruscamente a la cocina.-

-¡Kamisato Ayato! ¿¡Qué haces aquí?! Se supone que deberías estar en tu clase de piano, no aquí. No te quiero volver a ver aquí a menos que quieras un enorme castigo, ahora ve a tu habitación con tu instructor, de castigo tendrás 3 horas extra de clase.- tal vez desde ahí empezó todo.

「. . .」

El pequeño Ayato de 9 años se encontraba en su habitación jugando con su hermana pequeña de tan solo 4 años recién cumplidos hace poco.
Poco le duro la felicidad que compartía con su hermana pues su padre entró abruptamente a la habitación junto con su madre.

-¡Kamisato Ayato! ¿Se puede saber por qué bajaste tu calificación en matemática y ciencias? No es posible que tengas 8 y 9, quiero una boleta llena de 10.- ayato se enojo ante esto, pero no podía elevar la voz ante su padre.-

-Pero padre, hice mi mayor esfuerzo, mis calificaciones siempre han sido perfectas, ¿no podrías simplemente pasarlo por esta vez? La próxima lo haré mejor.- solo rezaba porque esto funcionara.-

-¡Qué sentido tiene si no lo haces bien ahora! De nada sirve que lo hagas bien a la próxima, se supone que eres un Kamisato, a tu edad era mejor que tú en todos los sentidos. Serás el heredero de mi empresa, y no puedo dejar que un patético niño como tu arruine esto, ¡No mereces ser un Kamisato! eres una decepción hasta para tu madre.- eso le dolió, eso lo rompió.