XXI

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Jimin no se había dado cuenta de cómo habían pasado los días. Aunque su barriga sí se lo hacía notar. Cada vez se hacía más prominente y él estaba feliz por ello.

Estaba sentado bajo un árbol, en la entrada de la casa de sus padres. Aún recordaba cuando hace un mes llegó ahí y tuvo que contarles todo.

Se sorprendió por la reacción que tuvieron, incluso se había imaginado en que tendría que buscar alojamiento en otro lugar, pero no fue necesario. Sus padres lo escucharon, lloraron y lo regañaron.

Lo importante había sido que Jimin se sintió querido, se abrazaron y continuaron llorando por un rato más.

Acariciaba su pequeña barriga, pensando en Yoongi. El amor de su vida. Llevaba un mes sin tener noticias de él y aunque quisiera, era imposible. Tendría que ir al pueblo para ver si tendría algún mensaje en su teléfono, pero cada vez que lo invitaban a ir, él se negaba.

No quería llevarse una desilusión, prefería pensar que Yoongi lo extrañaba y que no lo odiaba.

De todas formas, existía una pequeña posibilidad de verlo en un par de días, porque tenía que ir al doctor, ver que todo estuviera en orden con su bebé, incluso tal vez podría saber el sexo, lo cual lo tenía muy ilusionado. De ser así, ya podría comenzar a comprar algunas cosas para su bebé y ambientar el cuarto...

Aunque aún no sabía qué hacer, si quedarse con sus padres o volver.

Pero, ¿A qué volvería?

Yoongi no lo quería ver y no quería arruinarle los planes a Rosé, que recién comenzaba una relación.

Suspiró resignado, lo mejor sería quedarse con sus padres, que hasta el momento se habían portado de lo más bien con él.

— ¿Vas a salir? — le preguntó Haneul a su hijo

— Quería ir a comprar un boleto, porque tengo hora con el doctor — respondió levantándose del suelo

— No es necesario, con tu papá pensábamos llevarte. Podemos realizar un viaje por carretera, incluso tu hermana quiere ir con nosotros

— ¿En serio?

— Sí, ¿Quieres un té? — Jimin respondió asintiendo. Estaba seguro que le habían cambiado a sus padres. Aunque a veces sentía que era forzado el cariño, él se sentía bien. Lo había deseado por años y ahora lo tenía, así que él iba a disfrutar lo que le daban.

...

— Pasaremos a echar gasolina, así que aprovechen de ir a un baño — mencionó Jihoon a su esposa e hijos.

Jimin bajó, con ayuda de Minsi que lo llevaba de la mano. Entraron en una tienda, porque a Jimin le habían dado ganas de comer un dulce.

Al tomar su teléfono, notó la cantidad de mensajes que tenía, quería leerlos y escucharlos todos, pero primero partiría por los de Yoongi. Aunque tuviera malas palabras para él, no le importaba, necesitaba escucharlo.

Marcó a su buzón de voz y comenzó a escucharlos...

Jimin, mi amor ¿Dónde estás? Te necesito, vuelve conmigo... estoy tan arrepentido por la forma en cómo te traté. Fui un desgraciado contigo y no sé qué hacer para que me perdones.

Fui un tonto por dejarte ir sin escucharte, por no ir tras de ti. Pero estaba cegado por la rabia. Sentía que todos me mentían, que nunca iba a poder ser feliz...

Cuando al fin estaba siendo feliz, todo se derrumbó...

No sé qué hacer si no estás conmigo, hago todo mal. Necesito que hablemos... necesito verte. Por favor vuelve...

Mi Final Feliz. YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora