¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Recuerda cuando su mano tomaba la del menor, mientras caminaban en un parque o en la misma cancha de entrenamiento. Riendo por chistes, por anécdotas del pasado y presente. Jugando como niños pequeños, corriendo cuando hacían una travesura. La sonrisa que mostraba reflejaba total felicidad en su rostro, donde un brillo en sus oscuros ojos podían distinguirse, se le podía ver tan feliz, tan emocionado. Era un muchacho realmente alegre, porque sentía que encontró su lugar y a la persona correcta, aquella que lo aceptó y aparentó amar durante meses. Pero la realidad, es que todo terminó tan mal.
Siente como la respiración se le hace pesada, le cuesta mantener su ritmo normal y es entendible el porque cambio de un momento para otro. Todo su cuerpo quedó paralizado en la entrada de su casa, está en una temperatura algo fría, incluso las manos le comenzaron a sudar como no tiene idea lo cual es extraño para él. Tragó grueso su saliva apenas lo saludó sonando forzoso, tomando con fuerza la perilla de la puerta al sentir que se desmayaría ahí mismo como si nada, buscando calmar todos sus nervios junto con el pánico interior que le impide formular palabra alguna. De todo lo que podía pasar, la visita del canario fue lo menos esperado, de hecho creía tan imposible y poco probable que existiera esa posibilidad. Siendo sincero, es absurdo pensar que el canario lo visite si perdieron cualquier vinculo existente, no hay nada en medio para ellos.
Pedri no sabe que decir para romper el incomodo silencio, porque mirar a su ex estando tan quieto no es algo normal, sabe que llegar de la nada pudo causar un impacto fuerte en Francisco por ser sorpresivo. Fue algo pensado a ultimo momento pero bien decidido, tiene que cumplir con su objetivo principal, y para ello la visita es completamente necesaria. Pensar en como iniciar esa charla no estaba en sus planes, pero le tocará hacerlo si es que ese silencio queda por mas tiempo. Suspiró con total pesadez, unos minutos pasaron desde la ultima palabra, debe hablar y terminar con todo ese problema de una vez.
—¿Puedo pasar? es que necesito hablar contigo y no veo tan cómodo hacerlo en la puerta de tu casa, y mas con el clima tan frío de hoy. —Pronuncia casi en un susurro lo suficiente audible para que escuchara su ex novio, apenas termina de hablar, comienza a mirar hacia los lados para verificar si alguien está cerca. Pero en realidad está observando si se encuentra el auto de Francisco, al darse cuenta de que no, sonríe con total confianza y seguridad. Conoce bien a Leonor desde el primer momento en la que la vio, ella todo el tiempo usa el auto de su hermano para salir de compras o para reunirse con sus amigas, por lo que, ella no se encuentra en casa y no va a molestarlo como estuvo haciendo antes de que terminaran la relación. Los comentarios y actitudes que mostraban, dejaban mucho de que hablar, cosa que al final molestaba mucho a Pedri pero no podía decir nada al respecto. —
—Si. Claro, pasa. —Responde dudoso pero abriendo mas la puerta para dejarle libre el paso a su ex, realmente no sabe lo que hace en ese momento, pero si hablar resuelve algunas inquietudes, entonces lo hará y podrá tener la consciencia tranquila. O eso es lo que desea conseguir para intentar triunfar sin problemas con los Wolves. —
