¿Shizun tomará un descanso?

109 20 2
                                    

Luo Binghe finalmente regresó de su misión. Sha Hualing lo esperaba con la mirada ansiosa.

—JungShan, ¿qué trae ahí? —preguntó. Al ver el rostro de quien era cargado por su señor, su expresión se volvió cenicienta.

—Este es.... JungShan, ¿Por qué trajo a otro Shen QingQiu?

—Este no es Shen QingQiu —Respondió con simpleza. Detrás de él, un loto blanco alzó su cara.

Sha Hualing retractó su expresión complicada de antes y le sonrió al recién llegado. Sus largas uñas trazaron el contorno de sus mejillas, haciendo que su rostro se vaciara de sangre.

—Demonio, ¿Qué crees que estás haciendo? —preguntó mientras retrocedía.

—No seas cruel con esta Sha. Te ves como mi señor cuando lo conocí por primera vez. Esta humilde no puede evitar recordar viejos tiempos.

Usó sus delgadas y finas manos para estrujar sus cachetes y abrir sus labios, El loto blanco estaba a punto de maldecir, cuando un líquido dulce inundó su garganta.

Entre tos y tos, alejó a la mujer demonio.

—¡Aléjate de mí! —El loto blanco no dudó en desenfundar a Zheng Yang. Sus nudillos blancos de la ira. —¡Tu, controla a tu esposa!

Viendo como el rostro del loto blanco se contorsionaba feamente, incapaz de comprender las palabras llenas de malicia de la otra, Luo Binghe dejó el cuerpo del cultivador demoníaco descansar en unos asientos.

—Sha Hualing, déjalo en paz —su voz inexpresiva pero firme. —Él tampoco querrá enredarse contigo.

Siendo esta una orden directa de JungShan, Sha Hualing no se atrevió a seguir manoseándolo.

—¿"Tampoco"? —balbuceó el loto blanco.

Luo Binghe se dirigió a su trono. Había una mesa larga en el centro, con unas finas rabietas que formaban una matriz. con sus dientes, abrió nuevamente la herida en su mano y la mezcló con otro líquido desconocido, haciendo que aumentara y, finalmente, lo derramó en el cuenco por donde se conectaban las ranuras

Era un mapa a escala miniatura del territorio que Luo Binghe gobernaba.

La matriz brilló de rojo carmesí, lentamente, figuras púrpuras brillaron en la mesa.

Más de trescientos monstruos y personajes influyentes del reino de la cultivación aparecieron representados en la mesa.

Las figuras rojas eran demonios, las figuras celestes eran cultivadores. El loto blanco pronto se dio cuenta de que había una figura mitad rojo y mitad celeste apareciendo.

Era él.

—Mi señor es muy inteligente —alabó la mujer demonio mientras observaba la matriz. —Ahora que esos universos serán sellados, ese miserable no podrá seguir causando problemas.

—¿Otros universos? —el loto blanco levantó la vista. —¿Hay otros como yo? ¿Hay otro Shizun también?

Luo Binghe sintió que su nuca se entumecía con sólo escuchar sus palabras. Fue una buena idea que Sha Hualing lo obligara a beber el cuenco, de otra forma, tendría que enviar muchos guardias a vigilar a ese miserable loto blanco, por si tramaba algo estupido.

—Todos son diferentes. Con lo último que te vas a encontrar es con una versión amable de tu Shizun.

Luo Binghe envió a los guardias a encerrar al cultivador demoníaco en un cuarto. No deseaba ver la cara de esta persona, que parecía estar a punto de exhalar su último aliento.

Ayudando al protagonista masculino a recuperar a su esposa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora