[N a r r a M e g h a m]
Megham LodgeEl trayecto a mi apartamento es muy silencioso y resulta ser incómodo, no sé si fue correcto que aceptara su oferta de llevarme, pero es mucho mejor que ir con alguien totalmente desconocido aunque no es como que tenga mucho conocimiento de Rayan, por lo que decido romper el silencio.
— Gracias por ofrecerte a traerme.
— No es nada traerte. Oye te molesta si me detengo por un frappe — me pregunta — no, no hay problema — le digo naturalmente.
— Quieres uno? — me ofrece con amabilidad.
— Si.
— De qué sabor ?En este momento recordé cuando me invitó un trago en el SkyClub.
— Fresa, por favor — digo con dudas — perfecto — dice este para darle la orden a la señorita que asiste en el drive thru.
Tardaron unos 3 minutos en darnos la orden y valió la pena, esta muy rico.
— Te gusto ? — pregunta Rayan deteniendo el auto por el semáforo que se encuentra en rojo — si, esta muy rico — ¿Me dejas probar? — dice este dirigiendo su vista a mis labios.
—La última vez que deje que probaras lo que tomaba, me besaste.
— Es una forma más exquisita de probar las cosas — me dice cínicamente.
Trate de alejarme de este hombre pero veo que es imposible, esto va contra mis propios límites, pero a la mierda, lo beso porque también quiero probar.Dura unos segundos en reaccionar porque no se lo esperaba, posiciona su mano en mi mandíbula para poder apropiarse más de mi, sus labios son tan exquisitos, pongo una de mis manos en su pecho y con la otra rodé su cuellos, en este momento no me importaban mis reglas.
El sonido de bocinas se hace presente y esto hace que nos separemos, el semáforo ya está en verde. Nuestras respiraciones están muy aceleradas.— Tienes razón al decir que es una forma más exquisita de probar — le digo de forma provocativa limpiando mis labios — puedo enseñarte otras formas si así quieres — me dice con segundas intenciones.
— Llegamos a su destino señorita — dice Rayan deteniendo el auto.
— Muchas gracias por traerme — le digo al salir del auto.
Se que si no lo invito a pasar me voy a arrepentir más adelante, por que piensas tanto las cosas y no solo actúas, me digo a mi misma.— ¿Quieres pasar ?
— Si.
Subimos las escaleras hasta mi apartamento, busco mis llaves las cuales siempre tardo en encontrar, ok ya, aquí están.— Pasa adelante — digo esto quitándome de la puerta.
— Puedes tomar asiento, ¿quieres algo de tomar ? — no, gracias — dice sentándose en el mueble.
— ¿Vives sola o con tus padre ? — me pregunta con curiosidad — vivo sola hace un tiempo — digo sentándome un poco apartada de él — me gusta tu apartamento — dice centrándose en las cortinas — si si si luego hablamos de mi apartamento — digo esto acercándome muy despacio — como órdenes — dice Rayan.
Y es que me encanta que capte las cosas rápido, me besa dirigiendo sus manos por debajo de mi blusa, besa mi cuello y esto enciende todos mis demonios, recuerdo lo rico que se siente, ayudo a retirar su camisa con desesperación, cuanto odio los botones, hasta que logro liberarlo de su camisa, ver su abdomen bien marcado hace que mi excitación aumente, junto mis labios con los de el entrelazando nuestras lenguas.Se aparta de mi para retirar mi blusa con mucha facilidad, mis senos captan toda su atención, no siento ninguna vergüenza estando con él por lo que yo misma decido retirar mi sostén.
Veo cómo aumenta el bulto en su pantalón y eso me da mucha satisfacción, su mirada se dirige a la mía y veo como sus ojos transmiten lujuria, me agarra de las caderas para recostarme en el sofá, siento como sus dedos se deslizan por mi piel, pasando por mi abdomen y deteniéndome en el cierre de mi pantalón.
— Ya quítame el maldito pantalón — le digo sin transmitir mi desesperación.
— Me encanta que me des órdenes — me dice con una sonrisa.No me hace esperar más y retira mi pantalón junto con mis bragas. Sus dedos juegan con mi intimidad y los desliza dentro de ella, se me escapa un gemido lleno de placer, le encanta mirar las reacciones que mi cara transmite al masturbarme.
Estoy muy cerca del orgasmo, no controlo mis gemidos, los dejo salir todos libremente.
— Quiero que te corras en mi boca — me dice acercando su boca a mi intimidad.
Y como si solo estuviera esperando esas palabras, mi ser estalla de placer.
Nos besamos nuevamente, quitó el cierre de su pantalón sin despegar mis labios de él, tomó su miembro con mis manos y su respiración aumenta, decide ayudarme retirando su pantalón, aprovecho a que esta sobre sus pies y me pongo de rodillas sosteniendo su miembro para introducirlo muy despacio en mi boca, hago esto si despegar mis ojos de su cara, veo como reacciona su rostro y es que las facciones y gestos de su cara hacen que me motive más, lo succiono y deslizo por mi garganta, escucho salir un jadeo de su boca, eso me hace sentir como si tuviera un infarto vaginal.
Me paro y posicionó mis manos en sus hombros, este me levanta por las caderas y cruzó mis piernas por su espalda.
— Indícame donde está tu habitación— me susurra al oído — cruzando el pasillo en la primera puerta.Se dirige a mi habitación sin bajarme, me deja caer con despacio en la cama, su lengua hace un recorrido por mi cuello y pecho.
— Tienes preservativos, deje los míos en el auto.
— primer cajón a la derecha — digo indicándole donde se encuentran.Los encuentra y destapa con mucha facilidad, en lo que este se pone el preservativo abro mis piernas y masajeo mi clítoris, Rayan me ve con picardía y no resiste más la tentación, de tal forma que me embiste fuertemente y las ricas sensaciones se hacen presente, su caderas se mueven con facilidad, saca su miembro, lo desliza por mi clítoris y vuelve a deslizarlo dentro de mi, mis gemidos se hacen presentes en la habitación, nos separamos para darle la espalda, me sostiene del pelo lo que provoca más excitación en mi y vuelve a embestirme.
Siento como el placer aumenta y aproxima mi segundo orgasmo, el placer se apodera de mi cuerpo y unos segundos después Rayan se corre.Se acuesta a mi lado y me acerca a él, se que está complacido y a gusto, no quiero dar alguna impresión de afecto por lo que decido levantarme y ponerme mi bata de baño.
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Aquella noche en las Vegas.
RomanceSuelen decir, lo qué pasa en las Vegas se queda en las Vegas, esperemos que sea así. Siempre tuve la habilidad de controlar y ocultar mis emociones, hasta aquella noche en las Vegas cuando su mirada se cruzó con la mía, aquel hombre de gran estatur...