Dulce Luna [XueXiao]

Nuestro Secreto 🔞

¿Cómo trazar la fina línea entre el deseo y la cordura?

Xiao Xingchen se ha refugiado en la falsa seguridad de la ignorancia por demasiado tiempo. ¿Por qué seguir fingiendo que no sabe con quién vive? ¿Por qué huir de la tentadora atracción del peligro? Los secretos y tabúes de su relación podrían terminar destruyendo la frágil armonía que con tanto esfuerzo han construido, ¿valdrá la pena el riesgo?

Al final del día solo debes recordar una cosa: si quieres jugar con fuego, tienes que estar dispuesto a quemarte.

Avisos/Advertencias:
• AU: No
• +18: Sí (Xue Yang: top | Xiao Xingchen: bottom)
• Cantidad aprox de palabras: 9.7k
• Tags adicionales: Xiao Xingchen OOC

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Hacía ya un tiempo desde que el secreto de Xue Yang había dejado de serlo, aunque, a decir verdad, era de esperarse. Después de meses viviendo juntos bajo un mismo techo, era casi imposible que alguien tan capaz e inteligente como Xiao Xingchen al menos no sospechara de su identidad, ¿no?

La primera señal fue su voz. Aunque Xue Yang era muy cuidadoso al respecto y procuraba cambiarla cada vez que interactuaban, algunas situaciones inesperadas quedaban inevitablemente fuera de su alcance.

—Y entonces el dueño me llevó hasta su hijo enfermo —explicaba Xiao Xingchen mientras lavaban ropa en el río—, pero la esposa, que por cierto no es madre del niño porque conoció a su padre después del tercer año de viudez, hacía hasta lo imposible por evitar que revise su condición. Una criada de la familia vecina quería ayudar y le entregó un par de amuletos cuando el niño enfermó días atrás, pero la señora al parecer los destruyó o simplemente no me quería dejar verlos. Yo-

—Xingchen —lo interrumpió Xue Yang, pausando el restriegue de la ropa de cama que tenía entre sus manos.

—¿Sí?

—Vas demasiado rápido, no estoy entendiendo nada de lo que me estás diciendo —reconoció divertido.

—Oh, lo siento —aceptó apenado.

—No te disculpes, me gusta escucharte. Realmente pareces molesto con todo esto, no recuerdo haberte visto tan enojado.

—Me preocupa ese pequeño.

—¿Crees que sea grave? —preguntó Xue Yang, tratando de fingir que le importaba.

—Espero que no. Pero no puedo estar seguro sin la colaboración de esa mujer, esa maldita... alimaña.

Y en ese momento Xue Yang explotó en risotadas. Le faltaba el aire y golpeteaba el agua tratando de controlarse. Nunca había escuchado a Xiao Xingchen maldecir, y aún menos llamar a alguien de esa forma tan ridícula. Pero el impulso que no pudo controlar le había costado caro: su risa salió tan natural e inesperada que no fue capaz de adaptarla a su falsa voz.

Mientras secaba una lágrima de su rostro, y ya apaciguando su respiración, pudo ver el ceño fruncido de Xiao Xingchen. No parecía molesto por estarse riendo en una situación tan desubicada; no, ese ceño mostraba otra cosa... confusión tal vez, duda. ¿Se habría dado cuenta? ¿Estaría sospechando algo? Xue Yang tenía que desviar el tema.