Be strong | Shawn Mendes (EDITANDO)

Las cosas empeoran.

"Veme a la salida de la escuela en el callejón detrás de Mc Donalds"

Estaba muy sorprendida, no se quien querría verme. Después de todo lo que paso. Así que fui a clases.

*En el salón*

¿Qué piensan acerca de Emily?-Cuchilleaban todos.
-Es una perra.
-Maldita.

En realidad me hizo sentir muy mal oír esas palabras, que era lo que la gente pensaba de mi, pero no me sorprendía, yo también pensaba así...
Después de unas horas de clases, fui en busca de mis cosas y salí para ir al callejón de Mc Donalds. Llegué y no había nadie, pero decidí esperar... Y al fin llego alguién... Y ese alguien era Effy. Que hacia Effy aquí después de todo lo que me dijo? No lo sé. Pero quería averiguarlo.

-¿Tú? ¿Effy?
-Si, soy yo Emily. Necesitamos hablar.
-Claro, claro. Dime por que carajo me has hecho esto, ¿no sabes que todo es una mierda para mi en este momento?-dije.
-No me importa tu miserable vida Emily, pudrete en el infierno, solo te hice venir aquí para darte una lección. Por ser tan perra.-Dijo Effy enojada.
-¿Qué? ¿De qué estas hablando?
-MALDITA PERRA TE ODIO- grito Effy, y se abalanzo sobre mi.
De pronto llegaron muchas personas, no pude ver quienes eran, ya que Effy estaba golpeandome. Pero de pronto logre reconocer sus voces, que de repente comenzaron a gritarme:

-¡BASURA!
-¡INSERVIBLE!
-¡MALDITA GORDA!
-¡ZORRA!
-ERES UNA PERRA EMILY, VETE A LA MIERDA.- ME GRITABAN.

Algunas de esas 8 personas eran Cassidy, Madison, Ashley, Maggie y Jessica, los demás no logre distinguirlas, pero luego de gritarme eso, todas se abalanzaron sobre mi y comenzaron a jalarme el cabello tan fuerte como para arrancármelo, patearon mi estomago, golpeaban mi cabeza contra el suelo, y no pude hacer nada. Luego, sentí que mi cabeza sangraba, y me desmallé.
Desperté luego de una horas, y nadie estaba allí, era solo la noche. Y yo.
Cómo no tenia otra opción solo me levante y comencé a caminar a una plaza que había cerca de allí, a la que solía ir con mi madre. Luego de varios minutos, la encontré, y me senté en un banco, recordé lo que había pasado en el callejón, y pensé en mi miserable vida otra vez, en mi madre, en lo que mis amigas me habían hecho, en la mierda que yo era, en lo mucho que me odio. Y recordé que mi vida no tenia sentido. Y por suerte llevaba mi mochila conmigo, busqué la cuchilla. Y la encontré, la apoye sobre mi vena del antebrazo y la clave fuerte, y luego la moví para poder cortarme tan profundo para que me desangrara hasta morir. También tomé unas pastillas que usaba antes para dormir. Tenia una caja completa, con 26 pastillas. Las tomé todas, con ayuda de agua las tragué. Completamente.