Capítulo 2

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Suspira afligido, con el peso de la culpa descansando pesadamente sobre sus hombros. El recuerdo de sus acciones inmorales y el pensamiento rumiante de haber cometido una infidelidad le oprime el pecho. Kacchan es un alfa y si bien no puede considerar sus acciones bajo el mismo título que si fuera un beta u omega, tampoco va a obvia el hecho de que lo suyo ha sido una deslealtad a la relación que lleva con Shoto.

Constantemente se cuestiona en cómo puede verle a los ojos y la respuesta se susurra en el fondo de su consciencia: de la misma manera en que se acostó con él mientras el calor de Kacchan se mantenía fresco en su piel.

Golpea su frente contra la ventana del auto.

—¿Izuku? —la mano de Shoto le atrapa desde el lado del piloto— ¿Estás bien? —pregunta preocupado y él, baja la mirada. 

No merece ese cuidado.

Asiente.

—Solo me dormí.

—Ten cuidado.

Mientras el auto avanza en silencio, sus ojos se deslizan a verlo de lado, el perfil perfecto de su novio.

Es verdaderamente lamentable que todo sentimiento bonito que pudiera nacer por él, ahora mismo se encuentra opacado por una bruma incomoda. La culpa lo persigue y la angustia de no poder contar sus males a absolutamente nadie lo asfixia. No hay mejor amigo que guarde un secreto como ese, padres que protejan e incluso, novio que comprenda.

De repente, los ojos de Shoto dan con los suyos e Izuku da un pequeño salto del susto. El beta sonríe suave.

—Te noto tenso desde hace días—rompe el silencio.

—Es por el fin de las vacaciones —disimula Izuku.

Shoto ríe.

—Las primeras semanas no son tan malas.

—Lo dices porque no estarás —suelta a modo de reclamo, pues esa cita ha sido un aviso a la futura ausencia de Shoto. 

Emprenderá un viaje de negocios con su padre que le tomará unas semanas fuera, incluso después de iniciadas las clases. 

—Y hablando del viaje... —lo mira con cierta intensidad— ¿No quieres que nos detengamos en algún lugar antes de llegar a casa? Un lugar más íntimo, quizás...

Izuku se tensa ante la sugerencia. A pesar que siente la tentación de dejarse llevar por el deseo de escapar de sus propios pensamientos, sabe que no es el momento adecuado. Se resiste a cometer dos veces el mismo error que, al final, le llevara a sentirse peor.

—Estoy cansado, Shoto. Solo quiero ir a casa —rechaza delicadamente la invitación.

El beta asiente comprendiendo y continúa conduciendo mientras mantienen una conversación casual a la que Izuku es incapaz de prestar atención por completo. Le duele la cabeza de dar vueltas sobre el mismo tema. Una mezcla de dos tipos de culpa converge en su interior. Por un lado, está Shoto y el cómo lo sucedido con Kacchan afecta su relación. Incluso si aún no logra definirlo como infidelidad, deslealtad o simple desliz. Por otro lado, está Kacchan y el tener que lidiar con la actitud agobiante que muestra a diario. Razón por la cual ha pasado los últimos días más tiempo del usual al lado de Shoto.

"Kacchan, quiere, Izuku"

Suspira largo, sintiendo la desesperación carcomiéndole por debajo de la piel. Jamás imaginó que su buena voluntad para Kacchan terminaría dándole una idea equivocada.  Y es que a ese punto está claro que el "querer" de Kacchan es muy distinto al que él siente. Izuku lo ve como... una mascota. Quizás un poco por encima de eso luego de comprender que guarda más consciencia que un animal, pero no llega a catalogarlo en el mismo nivel. Basta con ver su caligrafía. Kacchan sabe escribir, pero lo hace mal. 

SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora