Secretos Mágicos

Mundo subterraneo

La enorme fabrica abandonada tenia plantas y arboles que habían crecido dentro del recinto y a su alrededor, no tenia techo en la mayoría del lugar, las paredes estaban sucias y acabadas por el tiempo, nos detuvimos y bajamos del vehículo junto en frente de una puerta mal cerrada y rota.

Los 3 guardias que venían conmigo desde Himyar se quedaron parados junto a la camioneta y me dijeron que tenia que seguir por mi cuenta y entrar, así que no le di vueltas al asunto y entre inmediatamente, me puse el bolso en la espalda y empuje con fuerza la puerta que no se abrió a la primera por lo que impulse todo mi cuerpo contra la puerta para que se abriera ya que parecía trabada con alguna cosa del otro lado, pero tampoco resulto.

- Emily creo que debes abrir la manija de la puerta para que abra. - sugirió la guardia que me acompañaba. 

- No creo que haga diferencia, algo la esta trabando desde el otro lado. - le comente.

- Hazme caso, solo inténtalo. - me volvió a decir.

- Ven para que lo veas tu misma, esta rota, ayúdenme a empujarla.- le dije.

- No podemos, ahí esta el limite hasta el que podemos llegar. - dijo apuntando a una especia de raya negra que disimulada mente se notaba en el suelo entre el césped y las piedritas que estaban por todos lados. 

- Solo tócalo y ya esta. - insistió otro de los guardias.

- De acuerdo, lo hare para que vean que no funciona y de una vez piensen en otra opción para que pueda entrar, tal vez por esa ventana. 

Después de ceder a sus insistencias tome la manilla de la puerta también parecía rota y estaba fuera de lugar, pero aun así la gire y enseguida sentí un corrientazo en la mano que no me dejaba soltarla, empuje y esta vez sin problema alguno la puerta se abrió como si lo que la bloqueara antes hubiera desaparecido, al terminar de abrir la puerta se veía un salón enorme y bastante elegante, en nada acorde con la fachada de la fabrica parecía puesta ahí por magia. 

- Buena suerte Emily, te las arreglaras ahora por tu cuenta y nosotros tenemos que irnos.

- Gracias, cuidado en el camino a casa.

Así me despedí de los guardias quienes entraron en la camioneta y se marcharon, yo que ya había soltado la manilla vi como se alejaban y luego decidí entrar al salón enorme que no parecía tener un fin, las paredes eran altas, no parecía que estaba en el mismo lugar, al terminar de entrar se cerro la puerta trans de mi, pero no era la misma puerta por la que entre, se veía bien y no tenia hoyos de lo vieja que era. 

Las paredes eran color morada y tenia columnas de piedra, mientras mas caminaba volví a ver una y otra vez las mismas columnas una y otra vez o eso era lo que me parecía hasta que después de unos minutos de caminata llegue al fondo donde se veía otra puerta al lado de una enorme y bella chimenea de piedra encendida que alumbraba todo allí.

Espere un rato a ver si algo pasaba o si alguien me invitaba a entrar, pero nada de eso sucedió, abrí la puerta que sin mas me dejo ante una nueva habitación mas grande que la anterior, aunque esta vez era ovalada y en el medio había una enorme estatua de un hombre gigante y con el rostro con varias imperfecciones que se veían demasiado realistas ya que parecía que acababa de salir de una batalla y por eso tenia el rostro herido y con heridas que hacían que sus imperfecciones sobresalieran mas que su belleza.

Rodee la estatua luego de fijarme en los detalles de ella y fue hacia otra puerta que encontré después de seguir caminando, entre sin dudarlo esta vez y para mi sorpresa era otra sala completamente vacía como las otras dos; esta vez la sala era de techo abierto, lo cual no tenia lógica ya que he estado caminando en bajada desde que entre en la fabrica abandonada, he notado como el suelo esta en bajada aunque no se note en las habitaciones.