Madeleine
Han pasado varias horas en la habitación del hospital y Ivanna y yo nos sentíamos cada vez más tristes y preocupadas por la ausencia de Alexander. Necesitábamos comida, pero no queríamos dejar el lugar sin saber si él estaba bien. Para distraer nuestra mente, compartí mi cena del hospital con Ivanna y luego leímos el libro que ella tenía en su mochila.
En ese momento, un pensamiento inquietante cruzó mi mente: ¿Será capaz de hacerle daño? No, Alexander no es una persona loca, él entiende las consecuencias de sus acciones. Seguramente fue un impulso momentáneo y nada más. Estoy segura de que no lastimará a nadie.
- ¿Papá va a venir pronto? - preguntó Ivanna, claramente cansada y deseando irse a casa. Aunque ella no lo mencionaba, podía sentir su deseo de tener a su papá a su lado.
- No lo sé, cariño... Su teléfono sigue apagado - respondí con tristeza.
Maldición, si no hubiera ocurrido algo malo, él habría venido a buscar a su hija hace mucho tiempo. Pero tal vez el odio le haya nublado tanto la mente que ni siquiera piensa en eso. Martin no es estúpido, probablemente haya decidido irse temporalmente de la ciudad, pero incluso si lo hizo, estoy segura de que Alexander lo atrapará.
- ¿Cuándo vamos a hacer mi tarea? - preguntó Ivanna, buscando algo para distraer su mente de la situación angustiante.
- ¿De qué materia tienes tarea? - le pregunté.
- Solo de matemáticas.
- Haremos la tarea de matemáticas hoy, y las demás podemos hacerlas mañana. Vamos, enséñame lo que tienes ahí. Te ayudaré.
Después de media hora, habíamos terminado con la tarea de matemáticas y estaba satisfecha de poder ayudar a Ivanna con algo. Sin embargo, nuestras preocupaciones no desaparecían. Solo esperaba que Alexander regresara pronto y todo volviera a la normalidad.
Justo cuando había pasado una hora desde que comenzamos con la tarea, escuché que la puerta se abría. Mi corazón se aceleró de emoción, esperando ver a Alexander entrar por la puerta, pero mis esperanzas se desvanecieron al ver a la mujer que entró.
Era una aparición completamente inesperada. Incluso me asusté al verla allí. ¿Cómo supo que estábamos aquí?.
- ¡Abuela! - exclamó Ivanna emocionada. - ¿Viniste a visitar a Madeleine? ¡Perdimos a papá! No responde nuestras llamadas, ¿sabes dónde está?
- Hola, querida - la mujer se quitó elegante la bufanda del cuello y se acercó a su nieta. Luego, me lanzó una mirada rápida, no tan despectiva como antes, pero no pude encontrar nada bueno en ella.
- ¿Cómo supiste que estábamos aquí? - preguntó Ivanna, haciendo las preguntas que todos nos estábamos haciendo.
- Tengo un amigo que trabaja aquí. Me dijo que te vio junto a tu papá. Tenía miedo de que algo te pasara...
- No, no me pasó nada pero si a Madeleine se cayó por las escaleras. Le duele mucho - dijo Ivanna con tristeza en su voz.
Decidí mantenerme en silencio. Hablaré si ella trata de llevarse a la niña consigo. No la dejaré hacer eso.
- ¿Se cayó por las escaleras? - preguntó la mujer, ahora dirigiéndose a mí.
- Sí. Podríamos perder a mi hermana. Pero papá dijo que todo estaría bien.
- ¿Qué pasó en realidad? ¿Dónde está él? - pregunto ansiosamente.
No iba a mencionar que su hijo había tomado medidas drásticas contra mi ex por mi culpa. No iba a echarle la culpa a Alexander. Mis nervios ya estaban demasiado alterados en este momento.
- No lo sé... No lo dijo. Probablemente tuvo algún asunto urgente. No tuvo tiempo para explicárnoslo adecuadamente - respondió Ivanna encogiéndose de hombros, evidenciando su confusión y preocupación.
- No te la llevarás
- ¿Y quién eres tú para decidir eso? - dijo la abuela, claramente enojada ante mi afirmación de que Ivanna se quedara aquí.
- Puede que no sea nadie. Pero su padre le dijo que se quedara aquí. Me asignaron a mí la custodia. Puedo decidir quién se queda o no aquí.
- Soy su abuela, su sangre - dijo la mujer, levantando la barbilla con arrogancia.
- No - respondí con firmeza, recostándome en la almohada. Ella se quedará aquí.
- ¿Dónde va a dormir ? - continua hablando. - ¿En el suelo?
- Todavía queda mucho tiempo hasta la hora de dormir - respondí. - Su padre regresará pronto. ¡Así que no te la puedes llevar!
- ¿Y quién crees que eres tú para decirnos qué hacer?
- ¡Deja de odiarme tanto que yo no te e echo nada! - le imploré a la mujer, confundida por su actitud hacia mí. No comprendía por qué estaba tan enfadada.
Ella intentó decir algo, pero las palabras parecían quedarse atrapadas en su garganta. Tal vez no tenía una respuesta adecuada, o simplemente no quería gastar tiempo explicando.
- Ivanna - llamó a su nieta, ignorándome por completo y dirigiéndose a Ivanna. - Tenemos que irnos, Madeleine le dirá a tu papá más tarde que estás conmigo.
- No quiero - protestó la niña caprichosamente, corriendo hacia mí y sentándose junto a mí en el borde de la cama. - Esperaremos a papá.
- Sí, tú... - empezó a decir la mujer, pero su intento de enfrentarme se detuvo cuando Alexander llegó de repente.
Sentí como si se me quitara un peso de encima.Él estaba aquí, eso era lo que importaba...
- ¿Qué está pasando aquí? - preguntó Alexander, mirando a su alrededor. - ¿Qué estás haciendo aquí?
- Marcela me dijo que te vio hoy en el hospital... - dijo la mujer con inseguridad, mirando a su hijo.
- ¿Por qué viniste?
- Pensé que algo había pasado
- Sucedió algo pero no deberías tener que lidiar con eso
- Vete - dijo Alexander apartándose un poco.
- ¿P-por qué...? Vine... - intentó explicarse.
- La desgracia le pasó a Madeleine, así que creo que te importa un carajo. No voy a escuchar comentarios sobre esto. Vamos... - la instó a salir, abriendo la puerta.
La mujer dudó, pero finalmente abandonó la habitación. Alexander cerró la puerta detrás de ella y nos miró.
- ¿Qué quería ella? - me pregunta suavemente, y lo miro buscando algo en su mirada que me diera pistas sobre lo que había estado sucediendo durante todo este tiempo.
- Quería llevarse a Ivanna
- Papá, te estábamos esperando - exclamó su hija, corriendo hacia él y abrazándolo.
- El doctor dijo que ya podías ir a casa
- ¿En serio...? - pregunté emocionada.
- Sí... - Alexander me regaló una sonrisa, pero en sus ojos vi el rastro de algo que no estaba bien. Su sonrisa me hizo entender que las cosas estaban muy mal.
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Nota de la autora:
Que les pareció el capítulo espero y lo hayan disfrutado
Nos vemos pronto
Besos💋
Danielis M Rodríguez
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Mamá para su hija© { ✓} EDITANDO
Random{COMPLETO} - ¿Eres mi mamá? - la niña, con la cara de un ángel, parecía como si estuviera esperando un milagro - No, cariño... Solo tengo mucho frío. Necesito llamar a mi hermana, hay algun adulto? - Las manos me tiemblan, los dientes castañetean...