Capítulo 11: El entrenamiento.

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Bakugou se levantó y esta vez Kirishima se encontraba en la habitación. Estaba afilando su cuchillo y probando el filo de este. El pelirrojo al notar la presencia del rubio lo saluda.

—Hola Bakugou.—saludo sonriendo.—Al parecer ya despertaste.

—Hola Kirishima, ¿que haces?

—Estoy afilando mi cuchillo, planeo ir a practicar con Uraraka. Ella sabe usarlos mejor que yo.—explicó Kirishima mientras seguía afilando su cuchillo.—Si quieres... puedes acompañarme.

—Oye pelos de mierda, te vas a cortar. Ten cuidado.—advirtió Katsuki arrebatando el cuchillo de las manos de Eijirou.—¿Por qué tocas de esa forma ese cuchillo?

—Debo asegurar que esté muy filoso, devuélvelo.

—Kirishima, estabas acariciando la punta de forma peligrosa, ¿acaso no sabes manejar cuchillos?

Midoriya entra sin avisar y ve la escena sin contexto.

—Kacchan, ¿por qué estás amenazando a Kirishima con un cuchillo?—preguntó confundido acercándose poco a poco para quitarle el cuchillo.

—¡Toca la puerta antes de entrar, Deku!-chillo enojado dando un pisotón.-Ugh.

—Ahm, hola Midoriya. Bakugou no me estaba amenazando, solo me quito mi cuchillo.—explicó Kirishima apoyándose en el hombro del rubio.—Solo es eso, nada más.

—Ohh.. bueno, es que escuche desde mi habitación junto a Todoroki que estaban discutiendo sobre cuchillos y fui a revisar.—dijo Midoriya.

—¿Tan fuerte hablamos?—se pregunto confuso Bakugou mirando a la nada.—Vaya...

—¿Estaban hablando? Pensé que estaban discutiendo u algo así.—dijo el peliverde.—Bueno, debo irme.

—Ey, ey, ey. Por lo menos quedate un rato a platicar o algo. ¡Siempre te vas cuando te ves incomodado!—bufo Kirishima inflando sus cachetes, cruzo los brazos y se veía algo resentido.

—¡Bye!—dijo Midoriya cerrando la puerta rápidamente.

—Kirishima, ten tu cuchillo.—dijo Bakugou devolviendo el objeto.—Solo... asegúrate de no volver a acariciar la punta, te puedes pinchar.

—Entiendo; ¡oh, acabo de recordar algo!—exclamo el pelirrojo buscando en los cajones.

—¿Que pasa?

—En la farmacia encontré unos chocolates que aun no han vencido, quería darte algunos.—dijo Kirishima dándole chocolate a Bakugou.—Traen avellana.

—Dejame probar.—el rubio probó un poco.-Wow, están realmente buenos.

—¡Sabía que te gustaría!—exclamo feliz Eijirou.

Alguien toca la puerta respetuosamente, ambos dejan de comer y Eijirou se levanta para abrirle al sujeto o sujeta.

—Buenos días, Uraraka. ¿Vienes por lo del entrenamiento?

—Hola Kirishima, si vengo por lo del entrenamiento, ¿estás listo?

—Si, oye.. Bakugou va a acompañarme, espero no te moleste.—dijo Kirishima guardando su cuchillo en su bolsillo trasero.

Apocalipsis [Bakushima]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora