P. O. V. EXTERIOR:
2 años antes de que se declarará a los Ackerman como traidores de la Corona.
-Cariño, ¿A dónde vamos? -Preguntó con desconfianza aquella mujer de andar refinado y melena negra como la noche.
-Ya lo veras -Le respondió su acompañante; un hombre bien parecido, de sonrisa juguetona y ojos grises azulados.
-Eso me has dicho desde hace unas 10 calles -Se quejó la mujer. No se le podía juzgar por su insistencia, pues al llevar los ojos cubiertos, no podía esperar a ver la sorpresa que le tenía su acompañante.
-Han sido 10 calles, porque has preguntado lo mismo justo cuando salimos de casa -Se defendió con ingenio el hombre.
La mujer chasqueó la lengua e intentó esconder su sonrisa, pero su acompañante la conocía tan bien que sólo atinó a darle un beso en la mejilla y susurrarle que ya podía descubrirse los ojos.
-¿Una relojería? -Preguntó la pelinegra con confusión.
-Así es, la última vez que salí en un viaje de negocios, dijiste que te habías preocupado de que tu reloj fuera demasiado rápido y que eso hiciera que me esperaras por más tiempo -Le explicó el hombre con emoción mientras la acercaba más al edificio.
Estaban en la capital de país, en aquella zona de adinerados que vivían una vida tranquila y llena de lujos, aunque ellos difícilmente podrían clasificarse dentro de las familias más ricas luego del Rey. Como fuese, aquella relojería, que estaba muy infravalorada; estaba a simple vista, tanto que pasaba desapercibida el 70% del tiempo.
-Así que decidí que deberíamos tener un par de relojes que fueran a la par, así ninguno se preocuparía por llegar antes o después -Siguió explicando el hombre mientras abría la puerta del local- siempre estaremos a tiempo si tenemos unos buenos relojes.
-¡Bienvenidos! -Saludo el dueño del lugar; un hombre alto, fornido y de una tupida barba que recién mostraba una que otra cana bien escondida- ¿En qué podemos ayudarles?
-Buen día, señor -Saludó el recién llegado- me gustaría encargar un par de relojes con este diseño - Y Le tendió un trozo de pergamino con un grabado muy característico- ¿Podrá hacerlos?
El dueño los analizó con detalle, debía reconocer que era muy elegante el diseño, tanto que no dudo en llamar a su hijo (quien comenzaría a aprender el oficio muchos años más tarde) para mostrarle con emoción su nuevo pedido.
-Por supuesto, será un placer -Aceptó finalmente el dueño y se enfrascó en un largo interrogatorio sobre qué material debía usar o que detalles debía añadir.
Mientras el cliente respondía a cada pregunta con sumo detalle y paciencia, la mujer miraba con curiosidad el niño que miraba con admiración a su padre. Por un momento le pasó por la cabeza la idea de poder educar a su hijo o hija que llegara a tener en un futuro.
-Kuchel, cariño, ven un segundo - le llamó su pareja, cortando su hilo de pensamientos.
-Aún suena raro que me llames así, Ajax -Se quejó Kuchel.
-Tampoco suena muy bien que me llames así -Se defendió Ajax con una mueca. Luego se dirigió al dueño del local - ya ve lo que le digo, es más común para nosotros que ella me llame por mi nombre de pila y yo por su nombre familiar.
-Bueno si ese es el caso -Dijo el dueño dedicándole una sonrisa al joven matrimonio -señora Ajax, ¿Le gustaría añadir una dedicatoria a los relojes?
A Kuchel le costaba que la llamaran por su apellido de casada; más cuando amaba con toda su alma el apellido Ackerman, aun así respondió con una sonrisa. Ya tenía pensado algo:
-Me gustaría que dijera “En esta vida y en la siguiente, por siempre te amaré” -Hizo una pausa. Todo el mundo esperaba una explicación- el primer verso que esté en un reloj y el siguiente en otro, de ese modo se complementarán a estar juntos, aunque al estar separados igual tendrán sentido.
-¿Tendrán sentido y podrán complementarse? - pregunto Ajax confundido.
-Así es, cariño, justo como nosotros, en lo individual siempre fuimos nosotros, pero nos complementamos como si nos hiciéramos falta siempre -Explicó Kuchel con un ligero sonrojo.
-Ah, mi bella poeta, siempre tiene las palabras exactas -La alabó Ajax- pues entonces que así sea.
El dueño aceptó con entusiasmo, jamás había visto una pareja de jóvenes enamorados que tuvieran tanta belleza, como corazón e inteligencia; además, ambos parecían desbordar un aire especial, justo como se esperaría de aquellos pertenecientes a dos grandes familias.
6 meses más tarde; cuando los relojes estuvieron listos, el dueño hizo entrega de estos con gran orgullo, aquel había sido su mejor trabajo de toda su vida y no podía ser mejor que para una pareja que le había recordado la belleza de la juventud y el romance.
-¡Son hermosos, Levi! -Dijo Kuchel incapaz de contener su emoción al leer su dedicatoria en el reverso de la tapa del reloj, además, aquel nombre (con el que descaradamente se había presentado en primer lugar su, ahora, esposo) le traía bellos recuerdos.
-Dignos de mi dulce Ackerman -confirmó Levi Ajax.
Los Ajax; una familia de raíces en tierras lejanas a Paradis. Y los Ackerman; fieles protectores de la corona; no podían estar más felices de que esta relación hubiera florecido espléndidamente; prueba de ello, eran estos gemelos de tiempo que servirían como guía y consuelo para los tiempos que se avecinaban.
Poco más de un año después, la tragedia llamó a la puerta de los Ackerman. Todo el mundo supo de una supuesta traición, pero nadie se molestó en confirmarla, como si fueran seres medievales sólo aceptaron y declararon una injusta guerra contra todo aquel que llevara el apellido Ackerman o que se relacionará con ellos. Así, temiendo lo peor; Kuchel pidió a su amado que la dejara partir para no ponerlo en peligro, pero él no quería hacerlo y no lo hizo.
Kuchel y Levi crearon un plan para esconderse en la Ciudad Subterránea, el único lugar al que ninguna persona decente se atrevería a ir. Para no causar sospechas, Kuchel fue la primera en huir, dejando detrás suyo una carta:
“Mi amado, Levi:
Te estaremos esperando...”
El joven Ajax sabía que había una triste despedida detrás de esas simples palabras, pero se negaba a aceptarlas; quizá si hubiera decidido hacer caso a su razón, no habría terminado en aquel callejón cercano a la entrada de la Ciudad Subterránea, siendo emboscado por asesinos a sueldo que estaban al tanto de su matrimonio con la única Ackerman. Con su último aliento, pronunció el nombre de la mujer que había amado, deseó poder llegar a conocer a su bebé; pero al final, su último deseo fue poder cumplir con lo que decía su reloj:
“En esta vida y en la siguiente...”
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Levi's diary
FanficMiembro de la Legión de Reconocimiento, proveniente de la Ciudad Subterránea, hijo de una Ackerman, soldado, compañero, líder, amigo... ¿Qué más podría decir para describirlo? Levi Ackerman, uno de los grandes héroes. Pero... Aún hay más que contar...