Fred's Confession

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Vilma solo podía concentrarse en una sola cosa: encontrar referencias bibliográficas acerca de Jonathan Jacobo, quien fuere el famoso "Terodáctilo".

Jacobo había sido el precursor del manual para la creación de monstruos que arrazaban con todo Coolsville.

Antes de morir, se encargó de preservar disfraces que tomaron vida a causa de una serie de experimentos realizados. Ahora, el caos se había desatado en las calles.

Misterios S.A no podía darse el lujo de sacar del mapa a un alegado "fenecido" Jonathan Jacobo.

Vilma Dinkley estaba completamente segura de que, así como Jacobo había fusionado sus ideas para darle vida a sus monstruos, podía encontrar la forma de terminar con ellos para siempre. Entre las fusiones de Jacobo, Vilma creía haber encontrado una forma para ello, pero, como era de esperarse, requería una fase de investigación y recopilación de datos, antes de experimentar.

Vilma se apartó en los rincones de la librería para poder concentrarse. Con su computadora a un lado, comenzó a revisar algunas lecturas almacenadas en el disco duro.

—Ya casi te tengo...—Murmuró Vilma para sí misma, mientras tomaba su cuaderno de anotaciones.

Vilma abrió su cuaderno con bastante rapidez, dejando caer una hoja de papel. La castaña la tomó enseguida y no dudó en revisar su contenido.

Soltó un suspiro.

Era un garabato que había escrito hacía bastante tiempo.

"F × V".

Por un instante, Vilma se sintió un tanto patética. Pensó que quizá debería invertir su tiempo y pensamientos en otras cosas más importantes. La idea de sentirse atraída platonicamente hacia Fred la hacia sentir un tanto incómoda. Era algo que guardaba para sí, porque estaba segura que era irrealizable.

—Vilmita.—Fred entró de manera inesperada a la biblioteca.—¿Alguna novedad?—Fred tomó asiento justo al lado de Vilma, mientras prestaba atención a lo que hacía.

Vilma arrugó la hoja de papel entre la palma de su mano y la desechó al instante. Su amistad con Fred era mucho más importante y Vilma no estaba dispuesta a cambiar eso que ambos habían forjado por tantos años.

Fred la notó un poco tensa al verlo llegar.

—En los libros de Jacobo, hay una serie de experimentos y fórmulas descartadas. La razón de esto se debe a que los antídotos cambiaban completamente la composición de los monstruos, es decir, perjudicaba de cierta forma la prolongación de su existencia.—Vilma adentró su mente a todos esos eslabones pérdidos en la cadena de creación de los monstruos.

Fred sabía a donde quería llegar Vilma con tales hallazgos. La única forma de terminar a dichos monstruos era desde la praxis del mismo Jonathan Jacobo.

—Podemos usar los antídotos descartados de Jacobo para crear alguna fórmula...—Fred apoyó la idea de pasar a una fase de experimentación.

—Y con esa fórmula, es posible que nazca el antídoto para acabar con los monstruos.—Vilma respondió, con una emoción marcada en sus palabras.

Fred le dirigió una sonrisa de oreja a oreja a Vilma. Su mirada reflejaba complicidad. Para él, Vilma era su complemento en Misterios S.A. Cuando trabajaban juntos, nadie podía detenerlos.

Vilma sintió que su rostro ardía.

Fred bajó la mirada, mientras cambiaba esa sonrisa alegre, por una pícara.

Le fascinaba ver a Vilma ruborizarse.

Vilma aclaró su garganta.

—Bueno, creo que deberíamos prepararnos para iniciar el experimento con las fórmulas...—Vilma soltó una risa nerviosa, mientras proseguía a retirar su computador de la mesa para limpiar el área.

Fred se sentía evadido por Vilma Dinkley a pesar de las señales que este le enviaba.

Él estaba dispuesto a realizar cambios significativos en su vida. Lo único que temia era arruinar la amistad que entre ambos existía. Vilma es, básicamente, su compañera. Decirle como se estaba sintiendo pondría su relación con ella en riesgo. Por tal razón, Fred se inclinó a mantener su boca cerrada, hasta ese momento.

—¿Crees que te has enamorado alguna vez?—El comentario de Fred es tan inesperado que hace que Vilma se detenga.

Ella lo mira fijamente con los ojos saltones.

—Lo siento, ¿qué?—Vilma solo fingió haber escuchado mal.

Freddie, tan directo como siempre con ella, se sumergió en lo más profundo de sus pensamientos.

—Pregunto porque no estoy muy seguro de cómo se siente, o si se supone que sea algo obvio para mí.—Una vez que abrió la boca, Fred no pudo detenerse.—Honestamente, estoy asumiendo que estoy enamorado de ti, Vilma...—Fred se estremeció, una vez que se dió cuenta de lo que acababa de decir.

"Jinkies." Pensó Vilma casi de forma automática.

Era agradable escuchar eso.

Vilma se sentía muy cómoda, al igual que Fred.

A partir de ese momento, la charla se extendería. Vilma y Fred permanecieron en la biblioteca, tratando de resolver el misterio pendiente en Coolsville mientras escuchaban viejas canciones románticas.

Darse cuenta de ello, los hacia sentir felices ante el hecho de haber tomado un riesgo en primer lugar.

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