El Comienzo...

40 2 0
                                    

Era un día entre semana, me aburría en casa (típico de mi) ya no tenia gracia seguir jugando a la videoconsola de forma individual así que decidí quedar con mi primo pequeño (típico de mi)
Esta vez no seria él el que viniera a casa, está vez me tocaba a mi
Bajo las escaleras como un rayo, es um primer piso, y cruzo a la calle de enfrente, giro a la derecha y pico el telefonillo
Piriririririri!!!
-Siiiii?
-Soy yo
Se abre la puerta y subo. También es un primer piso.
-Que tal?
-Bien.
-Que hacemos,tío?
-Te hace unas partidillas a la wii?
-Para machacarte? Venga va.
Dos horas despues...
-Esto de tener la wii pirateada es la leche.
-Ya ves.
-Estooo... Las pilas se acaban de morir.
-Encima de la mesa hay mas.
-Okay!
Pongo las pilas sin miramientos, el deber de la victoria me llama, no tengo tiempo para preocuparme de como le pongo las pilas al mando.
-Las has puesto al revés.
-Que dices?
-Que sii, voy enserio.
-Que mas da? El mando funciona, deja de quejarte.
De repente la televisión empieza ha hacer interferencias.
-Has visto eso?
-Sera de la wii, un bug o algo.
Seguimos jugando y la televisión aumentaba las interferencias hasta tal punto que nos era imposible seguir con la partida.
-Seguro que esto es por las pilas!
-Como va a ser por eso?
-Pues no se tu,peroo... Tu mando esta brillando de una manera extraña...
-El mío? Y el tuyo también, pensaba que era normal
-No tio, me estoy asustando.
De repente un silencio mortal, el tic tac del reloj ceso de repente, el bullicio de la calle se volvio mudo, mi primo y yo nos miramos aterrorizados. Acto seguido como si fuesemos llamados nos giramos repentinamente hacia la pantalla.
Las linias de las interferencias estaban cojiendo forma, ya no eran rectas y serradas sino que estaban empezando a encorvarse.
Nos volbimos a mirar, pálidos, y empezamos a correr hacia la puerta.
Por el rabillo del ojo pude ver como uma especie de embudo salia de la pantalla y empeze a sentir que tiraba de nosotros, corriamos como locos pero no avanzabamos ni un centimetro.
Nos seguiamos mirando, nos gritabamos pero no salia ningun sonido de nuestras gargantas.
En el momento en que los pies se nos despegaban del suelo nos agarramos el uno del otro y empezamos a girar y a girar y a girar...
Perdi el conocimiento.

Palfo Y MiguelfoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora