Capitulo IX: Un encuentro en la heladería

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Perspectiva de Kamille

La alarma sonó y me senté en la cama para apagarla, cuando una sensación extraña entre mis piernas me hizo quitar la sabana y palpar.

Todo mi rostro se puso rojo, no podía ser posible, los recuerdos del sueño que tuve la noche anterior me golpearon. Era una desvergonzada, cómo podía soñar que me había acostado con él por un simple roce en mi cuello y un beso en la mejilla?

Negué varias veces buscando apartar la imagen de la cabeza de Erik en mi entrepierna, tome la almohada y empecé a gritar. ¿Mi mañana no podía empezar de una peor manera?

¿Cómo iba a ver a ese hombre a la cara después de soñarlo jadeando debajo de mi?

Mis sueños y mis encuentros con el verdadero Fantasma en persona me iban a volver loca.

Fui a tomar una ducha con agua fría para poder empezar mi rutina diaria, el día de hoy tenía varias cosas que hacer antes de ver clases. Me arregle lo más rápido que pude, baje las escaleras para encontrarme con Marie y Lucas en el comedor desayunando, el señor Jean Baptiste ya debía estar en su trabajo.

-Bonjour, familia- los saludé con una sonrisa y tomando asiento en una silla.

-Bonjour señorita Kamille, cómo amanece?- me pregunto Lucas mientras terminaba su desayuno.

A su vez me saludo Marie: -Bonjour Kamille, ¿cómo te fue anoche? Disculpa por no esperarte para cenar, estábamos bastante agotados.

-Me encuentro bien, gracias a ambos por preguntar. Discúlpame tú a mí, Marie, la presentación duro más de lo que esperaba, lo bueno fue que pude venir en taxi.

Ella me sirvió un plato con dos croissants y un vaso con jugo de naranja, yo empecé a comer gustosa: -Me lo imagino querida, al menos espero que disfrutarás la función.

Asentí con el alimento en la boca y tomando jugo para pasarlo, cuando Lucas termino de comer se excuso con nosotras y subió a buscar su bolso para irse a clases.

-Recuerda que hoy es viernes, Kamille.

-Así es, tranquila, estaré puntual como la última vez. Gracias por darme la confianza de ir a buscarlo otra vez- le sonreí y ella asintió, me entrego una manzana de la cesta de frutas.

-Toma, para que comas algo de camino para allá, que te vaya bien en la universidad- se despidió y le desee un buen día, ella también subió las escaleras para buscar sus cosas e irse a llevar al niño a clase.

Hice lo mismo al culminar mi desayuno, en pocos minutos ya estaba tomando un autobús para la universidad. Necesitaba llegar antes de iniciar clases, tenía que preguntar sobre el convenio en administración para saber si podía mudarme a la Ópera, no quería darle la noticia a Marie de una vez. Sabía que me estaba adelantando, pero algo me decía que Amelia pasaría esa audición y yo debía estar preparada para cumplir mi parte del trato.

En la oficina de administración de la universidad me atendió una chica morena no tan mayor como me lo esperaba, con impresionantes ojos verdes como esmeraldas y cabello rizado recogido en una coleta alta, me miraba con una expresión aburrida cuando llegue.

-Bonjour, espero que este bien, vengo para consultar una información referente al convenio au pair. Verá, estudio aquí por una beca y quería saber en qué circunstancias podría romperse ese acuerdo con la familia que me está hospedando- le explique lo más rápido que pude, detrás de ella podía ver que me quedaban quince minutos para ver mi primera clase del día.

Ella levanto la ceja y empezó a escribir en el teclado sin verme, dedicando su atención a la pantalla: -¿Cuál es tu nombre, jovencita? Dime el apellido de la familia del convenio. -

Me enamoré del Fantasma de la ÓperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora