Estaba harta, cansada, demacrada por todo lo que le estaba pasando.
Su teléfono sonaba una y otra vez, toneladas de mensajes de su novia llegaban cada segundo.
¿Acaso no tenía derecho de decidir morir o no?
¿Por qué tendría que quedarse en un mundo que ya le ha demostrado su crueldad?
Su vista se nubla una vez más, pero logra distinguir su foto con ella en la mesita de noche.
Sonríe con resignación, sabe que debería estarla abrazando, diciendo todo lo que por cobarde nunca pudo expresar, debería estar riendo con ella, agradeciendo todo su esfuerzo y dedicación en algo tan inútil como mantenerla viva.
Una lágrima cae.
Dos, tres, cientos de pequeñas gotas saladas se escapan de sus ojos para recorrer con delicadeza su rostro.
¿Está segura de ésto?
No, absolutamente no, tiene miedo.
Pero el terror de causar más daño es mayor.
Sus pensamientos son cada vez más confusos y abstractos, hasta que llegan a los recuerdos.
— Oye, ¿No crees que deberías ser artista? Se te da genial, además, así podríamos estudiar juntas.
Un suspiro sale de sus labios al rememorar ese momento, ella nunca entendería que para ella no había el tiempo ni las ganas suficientes para estudiar algo como el arte, pero también sonríe levemente al darse cuenta de lo espontánea que fue esa pregunta, en una tarde lluviosa mientras comían helado, así de la nada, como siempre lo suele hacer.
— ¡Oh, oh! ¿Esté no te parece bonito? Es muy tierno, tiene una cara de que no rompe un plato, ¿Me lo puedo llevar? Porfis..
Al menos ese hamster podrá cuidar de ella cuando no esté, aunque dudo de que le quede mucho tiempo.
Sus memorias se van acumulando, dándose cuenta de todo lo que ha soportado para quedarse un rato más a su lado.
El sonido del agua y el de su teléfono comienzan a perturbar su calma, parece que la oscuridad la envuelve en un abrazo cálido y gélido al mismo tiempo.
Las paredes se hacen cada vez más pequeñas, su vida, sus palabras, sus dibujos, sus canciones, todo se reproduce sumamente rápido en su mente como si de una película se tratase.
La película de su vida.El líquido carmesí se expande por el suelo, manchando también la pared en la cual estaba recostada.
Vuelve a sonreír, al fin está en dónde había soñado.
Con sus últimas fuerzas se arrastra por el piso hasta llegar a la foto y tomarla.
La aprieta lo mejor que puede con la debilidad que está experimentado su cuerpo por la falta de sangre.
— Te amo, nunca lo dudes.
Susurra, para finalmente cerrar sus ojos.
Al fin ese descanso que tanto ha estado esperando.
Corría como si no hubiera un mañana, sus piernas dolían como el infierno.
Tenía que llegar a tiempo, no se perdonaría el no lograrlo.
Cuando al fin, después de quince agonizantes minutos corriendo llegó a su destino, se dispone a buscar las llaves, repitiéndose una y otra vez en la cabeza; no me dejes.
La puerta finalmente abre y ella entra con velocidad, moviendo su cabeza para todas las direcciones, buscando algo que espera no encontrar.
Las manchas de líquido carmesí hacen sus ojos picar, imaginando lo peor.
Abre despacio la puerta de la última habitación, esa donde descansa el ser que más a amado en toda su vida.
No puede evitar caer de rodillas, gritando, ahogándose en lágrimas de impotencia y profunda tristeza.
¿Por qué?
Se acerca lentamente, hasta estar cara a cara, extiende su mano, queriendo tocarle nuevamente, sentir esa calidez característica de la vida en un cuerpo.
Pero no está. Ella ya no está.
Rompe en llanto una vez más, abrazando el cuerpo inerte y lleno de sangre de su amada. Suplicándole volver, rogándole abrir los ojos y besarla una vez más.
Agarra sus manos, sorprendiéndose al encontrar un papel doblado entre ellas y sollozando más al ver la foto que se tomaron en una feria dos años atrás, cuando apenas salían.
Abre el papelito lleno de manchas rojas y sonríe tristemente al reconocer la letra de su novia.
"Para mi más grande amor.
Yo se que me debes odiar en este momento, seguramente estás pensando en que más necesitaba para seguir a tu lado, si es que tú no me hiciste lo suficientemente feliz como para mantenerme en este mundo lleno de amargura.
Y no, estás equivocada, porque tú me has hecho la mujer más feliz del mundo mientras tuviste la oportunidad.
Me mostraste lo linda que puede ser la vida a tu lado, lo maravilloso que es sentir cada cosa con tu alma. Le pusiste colores a mi cuadro negro y gris.
Pero una sola persona nunca podrá traer todos los colores sin quedarse sin ninguno.
Yo sé que estabas cansada, que necesitabas un respiro. Me estabas dando toda tu felicidad y amor sin pensar en tí, en lo que podría pasarte.
Cariño, siempre fuiste más que suficiente. Pero sigues siendo un humano. El más bondadoso y cariñoso que he conocido en lo poco que he vivido.
Has logrado mucho más que mis psicólogos, que mis familiares.
Querías darme todo, pero nunca lograste entender que hacerlo es quedarte con nada.
Aquí estoy mejor, fue mi decisión, aquí podré verte seguir, viendo cómo te quedas con tus colores mientras yo bailo con el blanco.Te amo, nunca lo olvides ni lo dudes, porque a pesar de esto, tu fuiste mi razón por quedarme un poco más.
Con todos los colores que trajiste a mi vida, "her"
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[𝑮𝑶𝑵𝑬]
Romance❝𝘮𝘦 𝘩𝘪𝘤𝘪𝘴𝘵𝘦 𝘧𝘦𝘭𝘪𝘻, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘯𝘰 𝘮á𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘢 𝘮𝘶𝘦𝘳𝘵𝘦❞ • One-shot • Historia completamente original, no acepto adaptaciones. • contenido homosexual (no es el tema principal del shot) mujer x mujer • Warning; mención de muer...