Capítulo 20. La Esposa de Duval

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A pesar de la lentitud con la que se acercaba a Christopher, los azules y crueles ojos de Lucas reflejaban una ferviente furia, una calma acompañada de un temible aura que se mezcla en su entorno, premonizando el desencadenar de una tormenta.

—Sí que pasó, pasó lo que jamás hubiera pasado sino descuidarás a la belleza que trajiste a Roma por Eleonor —lo provocó adrede — ¿Quieres que te detalle lo mucho que la disfruté? Joder, déjamela, ya tienes a tu prometida.

Sus manos se cerraron con fuerza, la sangre le hirvió y el control de sus emociones estalló junto con el puñetazo que se estrelló en el rostro de Christopher.

Fue un estruendoso golpe que retumbó en las paredes laterales del pasadizo y que resonó en los oídos de los guardaespaldas que apartaron con rapidez a Crystal cuando se aproximó a Lucas para detenerlo, la sostenían de los brazos para tenerla al margen de lo que indudablemente se preveé será un enfrentamiento.

— ¡Repítelo! Atrévete a decirlo y lamentarás el derrumbamiento de los Lombardi —gritó con furia —Acabaré con facilidad con todo el poderío que te costó conseguir.

Christopher que retrocedió dos pasos recuperó el equilibro que casi perdió y lo hizo desplomarse en el piso. Torció un gesto, no esperaba un golpe, para él era más factible pensar que Lucas ordenara a sus escoltas golpearlo.

—Te das cuenta imbécil que acabas de hacer lo que me aseguraste que nunca harías —gruñó Christopher limpiándose la sangre que escurría de la nariz —Estas perdido por quien no deberías estarlo.

Acaba de confirmar lo que de por sí ya había intuido, apretó los puños y se abalanzó sobre Lucas con la empuñadura en el aire hasta aterrizar en el bello rostro del magnate, un golpe certero que el presidente de Lombardi & Fuer le devolvió, con la misma fuerza y en el misma zona que el anterior puñetazo.

No hace falta que ninguno de los dos ordenen o impidan a sus guardias meterse en la bronca, los escoltas saben que la pelea es entre ellos dos, la multitud es un estorbo y el distanciamiento es lo que tanto Lucas como Christopher esperan.

—Has mejorado —chasqueó los labios y lamió la sangre que corrió por sus labios —Un bastardo del bajo mundo que peleaba por sobrevivir pero que ni aún así pudo hacerme frente en el pasado.

—Un bastardo que si propone puede quitarte la mujer que te interesa sin esfuerzo, después de todo ya la probé —estableció con burla —Puedes tener el poder necesario para manejar a los demás inclusive al Rey, sin embargo no el necesario para obtener lo que quieres —escupió con arrogancia.

Una explosión fue lo que Lucas sintió, desbordando la furia contenida, tomó a Christopher del cuello con violencia, le dio un rodillazo en el estómago cortándole la respiración y lo arrojó tirándolo con fastidio al suelo.

— ¿Eso lo dice el que necesita de mi ayuda para poder ver a la mujer de la que no se atreve a hablarle? ¡Cobarde! —quizás las palabras son distintas pero él arrojó la misma arrogancia que Christopher con un tono que relucía la prepotencia que lo caracteriza —Al menos yo tomó lo que quiero sin juego previo, directamente y sin preámbulos.

— ¿Es posible que no oigas las cosas sin sentido que espetas? Lo que me diferencia de ti es que yo no tomó las cosas por la fuerza, las mujeres me eligen, no las obligo a permanecer conmigo —le hizo saber, está harto del comportamiento de Lucas, la prepotencia, el aura oscura e imperioso que lo rodea siempre lo han fastidiado.

— ¡Levántate y enfréntame! —vociferó Lucas esperándolo con los puños cerrados.

Venas verdes remarcaban la piel sobre sus manos mientras lo observaba desde arriba con una mirada furiosa y superior, no es un cobarde para atacarlo desde el suelo, le dará la oportunidad de que recupere la postura y se defienda.

La Tentación Prohibida Del MagnateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora