➳ 𔘓 ：Lienzos de amor: un pintor, una dama y... ¿un marqués? (parte 2) ⸼ ۫ ⊹ Categoría: ???-shot. Línea temporal: en algún lugar de la región Europea durante el comienzo de los años 1800's. Nota: habrá un posible uso de OoC en algunos personajes. A TOMAR EN CUENTA: en esta ocasión y porque quien hizo el pedido lo especificó, Reader tendrá un nombre en concreto. Este será Camille.
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ㅤDOS DÍAS DE CASTIGO inmerecido después ya te encontrabas muerta del agotamiento. En realidad no imaginabas que tal cosa significara tanto esfuerzo y desgaste físico.
─ No se distraiga señorita, recuerde seguir el ritmo de la música en cada paso ─ sentenció tu mayor.
─ Llevo tres horas bailando sin descansar. ─ te quejaste, comenzando a bailar con menos ganas ─ Señora Myers por favor, ya me duelen los pies ─ hiciste una notoria mueca de dolor.
─ Con los pies adoloridos me imagino que no tendrá fuerzas para escaparse de casa una vez más ─ regañó, echándote en cara el tema de hace unos días.
Suspiraste a modo de rendición.
Entonces, unos cuantos minutos después ─y justo cuando creías que rezar por un milagro ya no serviría más─, algo afortunadamente inesperado sucedió.
─ Espero estén teniendo una muy buena tarde, distinguidas damas ─ saludó amable el propietario de la casa, recargándose en el marco de la puerta.
Rápidamente dejaste de bailar por orden de tu chaperona. Mostrando una expresión de alivio instantáneo.
─ Buena tarde, Duque Galliard. Dígame, ¿se le ofrece algo? ─ preguntó intrigada, pues era obvio que éste no había ido hasta allí solo para saludarles.
─ Usted siempre tan certera, señora Myers. En efecto, requiero la presencia inmediata de Camille. ─ entró de lleno en la habitación ─ Lamento si con esto interrumpo sus lecciones, pero hay un asunto que debo tratar con ella ahora mismo, así que ¿me permitiría retirarla de su clase de baile por el día de hoy? ─.
─ Oh, bueno... Si de verdad es tan urgente, supongo que no puedo negarme a su petición.─ accedió más por fuerza que por gana ─ Puede retirarse, señorita Camille ─.
─ Exelente, muchas gracias ─ agradeció el mayor, haciendo un gesto para indicarte que lo siguieras.
Y, una vez lo suficientemente lejos de toda chaperona, te acercaste para preguntarle:
─ ¿Hacia dónde estamos yendo? ─.
─ Para contestar a tu pregunta primero hay algo de lo que tenemos que hablar ─.
─ Bueno, pues dilo ya ─ sonaste despreocupada, aunque por dentro temías que mencionara algo relacionado a tu salida furtiva de hace dos días.
─ Antes no lo había notado pero es verdad que en esta casa hay muy pocas pinturas tuyas. ─ comenzó a explicar; tú suspiraste, quitándote la tensión de encima ─ De Porco habrá unas cuatro o cinco a lo largo de varios pasillos... pero la única pintura en la que tú apareces es en una muy antigua donde apenas eras una niña pequeña, además del último retrato familiar que pudimos hacer, por supuesto ─.
