Se cree que cuando amas a alguien, sueles idealizarlo a tal punto de cegarte ante la idea de una posible traición.
Al inicio, es difícil, porque ni en tus sueños más extremos puedes imaginar que la persona que amas es todo lo que dicen, pero cuando queda al descubierto, cuando tus ojos observan lo que tanto te negabas a creer, todo dentro tuyo se rompe, esa burbuja explota y solo puedes ver como al que llamabas amor de tu vida, te esta apuñalando.
Así me siento yo ahora.
Me dijeron muchas veces que mi novia no era lo que yo pensaba, que me era infiel entre otras cosas que me negaba a creer, pero ahora, justo ahora, ver a Mina besar a alguien más me rompe y me lastima el alma, porque me enamoré sin pensarlo, porque ella significa mucho para mi y simplemente no puedo imaginarme una vida sin ella.
Eso se perdió.
— Te juro que te lo iba a decir, pero es muy difícil para mi — susurró mi exnovia ante mi pregunta.
— ¿Por qué? — es patético preguntárselo, porque probablemente la razón es la más factible, ella me ha dejado de amar — Ni siquiera sé porque te lo pregunto.
Ella lloró pero, aunque, estaba devastado, supe controlarme y darle una mirada fría y acusatoria.
— Esta pasando desde hace meses, te lo dijeron ¿no? — su acompañante que en ningún momento la dejó, estaba hablando, entonces la rabia volvió a mi.
Lancé el primer puñetazo a su rostro y no me importó hacer un escándalo, solo golpeaba sin parar, hasta que el grito de mi ex chica me detuvo — ¡BASTA TAEHYUNG!
Volteé hecho una furia y la miré calando en ella, lo sabía porque la conocía a la perfección — ¡PUDRANSE!
Corrí a casa y me encerré allí, mamá ha llamado a mi puerta muchas veces, pero no le hago caso.
Ya no sé cuántos días estoy encerrado, solo sé que he sido un idiota todo este tiempo, que la traición estaba en mis narices y no supe verlo, porque jamás imaginé que BamBam, a quién también consideraba mi amigo, fuera quién me quite lo más preciado que tenía.
Las llamadas de mis amigos a mi teléfono abundan, el chat que tenemos también, por ellos, me he enterado que esos ya oficializaron su relación, que ante toda la universidad, ellos ya son pareja.
Camina con él, por los mismos pasillos, talvez la besa en los mismos lugares donde yo lo hice, talvez la abraza y le presta su abrigo cuando salen de la universidad y me duele, me duele pensar que ya es feliz con alguien, probablemente haciendo las mismas cosas que hacía conmigo.
Entonces la rabia, la tristeza y el odio, que no debería sentir y que son peligrosos al momento de actuar en base a ellos, vuelven, vuelven a arrastrarme, decido no seguir escondiéndome más, decido pagarles con la misma moneda, aunque no tenga idea de cómo hacerlo.
¡Es ridículo, pero el orgullo pudo más!
Y ya no quiero verme como el tonto cornudo.
Dicen que las personas traicionadas son las peores al momento de actuar.
No se equivocaron.