Capítulo 44: Mucha bondad a veces pega duro

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Manoban Camp 1826

Bridget en esta ocasión no vestía sus ropas de trabajo, ahora portaba un perfecto vestido color ámbar que le daba un toque místico que haría que cualquiera la confundiera con un hada, con un ser mágico y especial.

—Mi señora, ya se ha alistado. Le prometí venir a ayudarle

—No es necesario, Lucille. Puedo hacerlo yo sola.

—Al menos permítame ayudarle a peinarse —. Pide la mujer de ojos color rubí mientras se coloca a las espaldas de la joven que se deja hacer el peinado con la mayor de las delicadezas.

—Gracias, Lucille. No sé qué haría sin ti.

—De todas las mujeres que he conocido usted es la que menos necesita de nadie, señora Manoban.

—Me gusta ser autosuficiente y lo soy... pero cuando tengo que ponerme esto... me es imposible arreglármelas sola. Por eso detesto vestirme así.

—Pero hoy es un día especial, mi señora.

—Lo sé, solo por eso me pongo este disfraz. Prefiero mil veces mis ropas de trabajo, me siento tan libre.

—La señora Lalisa será feliz al verla vestir así, mi señora.

—¿De verdad lo crees, Lucille?

—Jamás había visto a alguien tan enamorado de su esposa como la mira ella. Por cierto, me pidió que le entregara esto, iba a entregárselo ella misma, pero se hizo tarde para ir por la señorita Ella.

—Lisa... —se enterneció la joven al descubrir un prendedor de fénix para el cabello con incrustaciones de rubí.

—Creo que supuso que combinaría perfecto con su vestido

—Lisa siempre es así...

El ruido de un coche se escuchó al fondo y el rostro de la castaña se iluminó por completo poniéndose de pie.

—Deben ser ellas, vamos Lucille.

—Pero señora, no he terminado su peinado.

—No importa, así está perfecto.

La joven bajó de prisa las escaleras para encontrarse de frente con una muchacha de ojos amatista muy similar, pero con el cabello un poco más corto.

—¡Bridget!

—¡Ella!— se abrazó la mujer con evidente emoción— Estás enorme, has crecido tanto.

—Hermana, solo han pasado dos años desde la última vez que me viste.

—Aun así, estás divina. Ahora eres toda una señorita que en poco tiempo cumple 16 años.

—Yo concuerdo, estás divina, querida— interrumpe una voz al fondo abrazando a Bridget.

—Lisa...

—Tengo el orgullo de presumir que estoy casada con la mujer más hermosa de Escocia.

—Así que me elegiste solo por mi belleza— se finge ofendida la castaña mientras siente el abrazo posesivo de Lisa a pesar de estar rodeados de la joven Ella, los pequeños herederos Manoban y Lucille.

—Claro que no, te elegí por tu carácter ígneo que tanto amo y lo sabes.

—Mami Lis ¿gastaremos todo el día en tus halagos hacia mamá o iremos a la sala a tomar el té? Tía Ella debe de venir agotada.

—No lo haces porque traje dulces, ¿verdad, Danielle? -dijo Ella.

—Claro que no, tía. Solo quiero que descanses...

El Canto Del Fénix (Jenlisa) || COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora