El Canto Del Fénix (Jenlisa) || COMPLETO

Capítulo 55: Antes de la campanada

Manoban Camp, hace mucho tiempo atrás

Era una tarde de otoño en Manoban Camp, habían pasado solo una semana desde que Bridget y Lisa habían tenido aquella discusión a causa del viejo amigo de Bridget y no se había aparecido por ningún sitio, a Lucille le había parecido extraño que su hija también hubiera desaparecido de Manoban Camp. La señora Sinclair y Ella juraban y perjuraban que se había ido a hacer un pacto con el demonio algún sitio lejano. Bridget las regañaba por ser tan crueles. A ellas no les importaba mucho y se seguían divirtiendo a las espaldas de la señora Manoban, para suerte o desgracia de ambas, llegó una carta de Elgin donde contaban que la madre de ambas muchachas había tenido una caída y se había lastimado una pierna, Bridget ya no podía viajar a Elgin debido a su estado, fueron Ella y la señora Sinclair las que viajaron a Elgin para cuidar de la madre de las chicas, Bridget lamentó no poder ir a ningún lado y le pidió a Ella que le enviara noticias en cuanto llegara a Elgin, la muchacha había aparecido en Manoban Camp para pasar una temporada y estar presente cuando su sobrina naciera, pero al parecer no sería así.

—En verdad me siento muy sola sin la señora Sinclair y sin Ella— Le cuenta Bridget a su suegra mientras toma el té en el cuarto de música.

—Nos tiene a nosotras, Lady Bridget— interviene Lucille extendiendo una taza de cocoa caliente a la joven

—Es verdad... tú también debes de sentirte solitaria sin tu hija, ¿verdad?

—Me estoy acostumbrando a que mi hija se vaya cada que le da la gana

—¿No te preocupa su destino? Es tan pequeña....

—Puede parecer pequeña, pero el que actúe como una jovencita no significa que no tenga la experiencia de una mujer, mi señora. Cuando uno crece en la pobreza termina madurando
mucho antes de lo que debería, ese es el caso de mi hija... Lady Bridget... ¿desea una manta? la tarde comienza a refrescar.

—¿Entonces por qué me siento como si estuviéramos en verano? ardo

—Falta muy poco para la llegada del bebé, Lady Bridget, su pequeña tiene demasiado calor

—Más que una cocoa me encantaría algo helado

—Bueno, no es buena idea ahora, mi señora. Usted siente calor, pero el clima es realmente fresco, podría enfermarse, hágame caso, con esto se sentirá mejor.

—Bien... ¿Lisa no ha llegado?

—Sabe que no, mi señora, lo primero que hace ella siempre es venir a buscarle en cuanto vuelve de los campos

—Los campos de cebada.... los extraño tanto

—Solo durará un poco más, sea fuerte, la recompensa vale la pena

—Sé que es así...pero... muero de ganas de ser la de siempre, la paz no va conmigo

—Pronto lo será, mi señora... deje de preocuparse. Ahora deberíamos preocuparnos por arreglar la habitación de la pequeña, falta tan poco...

—Si, mañana comenzaremos con eso...

—Señoras...— saluda Lisa desde la puerta— ¿puedo robarles a mi esposa un segundo?

—Por supuesto, Señora Lisa...

Las mujeres mayores salieron de la habitación tomadas del brazo mirando con picardía a la pareja a solas.

—¿Ocurre algo? -habló primero Bridget.

—Te tengo un obsequio, pero debes cerrar los ojos

—¿Pretendes que una mujer embarazada camine a ciegas por esta casa?