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Jade caminaba por el refugio buscando a Clarice, nuevamente tendrían que necesitar su ayuda. Aunque Johnny al principio estaba reacio a que ella la buscara o hablara con ella, no tuvo opción en aceptarlo puesto que de Clarice dependía que entraran al edificio.

— ¡Hola! —saluda cuando la ve jugando con la perrita del refugio, quien ladra al ver que no le había saludado. —Hola para ti también, preciosa. —la pelimorada no se volteó a verla, aún estaba molesta que nadie le dijera que estaba ilusionada con Jade por el poder de Sonya. —Clari, hay un edificio federal en Baton Rouge en el que tenemos que entrar. Sé que es mucho pedir, pero creemos que podría haber información allí sobre los centinelas y lo que le hicieron a Pulso.

— ¿Y eso es todo? ¿Es todo lo que necesitamos hablar? —pregunta un poco a la defensiva, lo que desconcertó completamente a Jade. —Necesitas información de tu viejo amigo marine, así que te meto allí en un abrir y cerrar de ojos. ¿Solo soy una fabricante de puertas portátiles?

— ¿Qué?

—Bien, si tú no sacas el tema, lo haré yo—habla Clarice, levantándose del mueble. —Tu amiga Soñadora me metió un recuerdo en la cabeza sin mencionármelo o pedirme permiso. 

Jade al instante empezó a sentirse culpable, entendiendo el por qué la molestia. —Clarice--

—Un recuerdo que estoy segura que te es familiar porque es un recuerdo de ti y de John.

—Yo... lo siento, Clarice... me molesté que lo hiciera, pero--

—Pero cuando lo hizo, no dijiste nada.

—Claro que lo hice, pero... —Jade no sabía que decir—. Era una emergencia. Y a pesar que no me agrade, entiendo que lo hizo para salvar al equipo. —mintió. Ella sabía que Sonya lo había hecho para separarla de Johnny. —Y como vi que tus poderes empezaron a serte de utilidad, yo--

—Oh, lo entiendo—dice, asintiendo. —No querías decírmelo porque querían que les fuera útil.

— ¿Qué? ¡No!

—Para tu información, Jade, no estás arreglando nada. Tengo mis propios problemas. Mi propia gente que encontrar—finaliza, volviendo a sentarse. A Jade se le ocurre una idea.

—Oye, —se acerca—. A lo mejor podemos ayudarte con esto... Johnny puede--

— ¡Basta! —la detiene—. No he pedido ayuda y mucho menos la de "Johnny". —Jade se calla y sin saber como sentirse, baja la mirada. Estaba avergonzada—. Solo quiero saberlo... Cuando estábamos trabajando juntas en el almacén, la forma en que me mirabas. ¿Eso era de verdad?

No, quiso decir. No quería seguir lastimándola, pero sabía que sea cual sea la respuesta terminaría haciéndolo.

—Es complicado.

Clarice sonríe con desgano y asiente. Entiende que ella nunca la vería de otra forma.

—Tienes mucha suerte. —Jade ladea la cabeza sin comprender. —Te voy ayudar a hacer esto menos complicado.

La pelimorada acaricia a la perrita y se levanta del sillón para salir de la habitación. — Clarice, por favor. —Jade se altera cuando escucha los destellos de un portal y corre hacia la salida para detenerla. — ¡Clarice!

Solo que ya era tarde.

—Clarice se fue—es lo primero que dice Jade cuando ingresa a la oficina de John, quien se levanta a cerrar las cortinas y cerrar la puerta para más privacidad. —Ella lo sabe. Sabe lo que hizo Sonya y ella... ella me odia—murmura esto último muy bajo que si no fuese por los poderes de John, él no la habría escuchado.

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⏰ Última actualización: Sep 24, 2022 ⏰

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