Sam
En cuanto corte la llamada con Blair sentí como la ansiedad corría por todo mi cuerpo, estaba tan asustado, joder, no sabía que le había pasado, y su voz sonaba tan desesperada.
A toda prisa me quite el pijama y me puse un pants con una sudadera, agarre otra por si ella no traía o pasaba algo, baje corriendo las escaleras me fui lo mas rapido que pude hacia el árbol, desde lejos la ví sentada en el piso, cuando ella me vio a mi se me partió el alma verla así con los ojos hichados y rojos, no lo pensé ni un segundo ya estaba entre mis brazos.
Dios estaba tan preocupado y tenía tantas preguntas que hacerle ¿Qué pasó? ¿Está bien? ¿Por qué me busco a mi? ¿Que está haciendo a estás horas en la calle? Pero decidí que no era la mejor opción llenarla de preguntas y tenía que mantener la calma, ella seguía sollozando su cara estaba enterrada en mi pecho, mientras con una mano le acariciaba el cabello y con la otra la espalda.
–Tranquila, ya estoy aquí, ya estás a salvó– solo esperaba que mis palabras le transmitieran un poco de calma– Está bien, todo va a estar bien Blair.
Alzó su vista y me miró a los ojos.
–Estoy tan cansada de todo.
Sus palabras me dejaron helado, porque lo dijo con tanta honestidad, y sus ojos de verdad estaban llenos de cansancio, no supe que decirle así que solo la abrace más fuerte, le di un beso en la frente, y la mantuve pegada a mi cuerpo.
Despues de unos minutos la solté y me tumbe en el suelo recostando la espalda en el tronco del árbol y poniendo la sudadera extra que traía entre mis piernas, para que Blair no sintiera tan frío el piso.
–Ven aquí Blair– le dije señalando el espacio entre mis piernas.
Se recostó con su espalda en mi pecho y mis brazos la rodearon automáticamente, el contacto de sintió tan natural, y acogedor, como si lleváramos años haciendo esto.
Poco a poco el llanto de Blair fue cesando y su respiración se estabilizó.
–¿Quieres hablar de lo que pasó?– le pregunte en un susurro.
–No, no quiero pensar en eso– su voz sonaba ronca por el llanto.
Y escuchar su voz así, tan rota, me hizo desear poder absorber todo su dolor, para que fuera mío y ella pudiera estar tranquila. Esa presión en mi pecho estaba punzando y lo peor es que no sabia porque me sentia así.
–¿Quieres hablar o prefieres que nos quedemos en silencio?
Ella desde la posición en la que estaba me volteo a ver y yo agache un poco la cabeza para verla a los ojos.
–Cuentame algo, lo que tú quieras– mi mano se fue directo a su pómulo la acaricie suavemente cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo me dió pena porque me estaba mirando directamente a los ojos pensé que le había incomodado mi tacto, pero ella recostó más su cara en mi mano,
–¿Que te podría contar?– estaba intentando acordarme de alguna anécdota, graciosa y humillante para que se riera aunque sea un poco de mi –Ya se, que te puedo contar, pero no vale que me hagas burla después eh.
Se le formó una mini sonrisa en los labios y yo me sentí tan aliviado.
–No prometo nada pero lo intentaré.
–Cuando tenía al rededor de 5 o 6 años, una vez acompañe a mi mamá a qué comprara algo en el super mercado, entonces ella ya estaba formada para pagar y mi hermana y yo estaba jugando a atraparnos, yo estaba corriendo de mi hermana, pero estaba mirando hacia atrás, cuando en eso choque con algo y me caí de senton en el piso – yo veía como la mini sonrisa que tenía se estaba convirtiendo en una sonrisa mucho más grande– y cuando alcé la vista para ver con qué había chocado, ví que choque con una señora, pero era una señora muy gorda así mucho, choque con la panza de la señora.
Y cuando dije esas palabras Blair estallo en carcajadas, y verla reír después de como estaba llorando fue un sentimiento tan satisfactorio, que solo desee ser más gracioso para verla así siempre, siendo tan ella.
–¿Y qué te dijo la señora o qué? – dijo eso entre risas
–¡Nada! Solo me vio feo se dió la vuelta y se fue, y yo me puse a llorar porque me asusté entonces me pare y corrí hacia mi mamá pero yo tenía, pues, prácticamente los ojos cerrados entonces yo la abrace y en eso escuché la voz de mi mamá pero no era de la señora que yo estaba abrazando, y le dijo "si quiere se lo regaló", y me di cuenta que me equivoqué de señora, entonces llore más y ahora si corrí hacia mi mamá, y solo me dijo que eso me pasaba por correr y mirar hacia atrás.
Otra oleada de carcajadas salió de Blair en ese momento la presión en el pecho desapareció.
–¿Cómo te pudiste haber equivocado?
–En mi defensa traían ropa muy similar.
Blair no dejaba de reírse de mi, entonces la agarre de los cachetes y acerque mi cara a la suya, nuestras narices estaban a milímetros de chocar, y nuestras respiraciones se mezclaban, cuando se dió cuenta de lo cerca que estábamos dejo de reírse y sus mejillas se tiñeron de rojo.
Me pareció la reacción más tierna, que solo quise ser solamente yo la causa de esas raciones.
–Prometiste no reírte– mi voz salió un poco ronca.
–No, yo prometí no burlarme, más no de reírme, no es lo mismo Samuel.
La forma en la que pronunció mi nombre hizo que los vellos de la nuca se me erizarán.
–Para mi es lo mismo Blair.
–Piensas que es lo mismo porque tú eres un tonto.
Y con eso me hizo reír, la volví a abrazar y ella se acurrucó en mi pecho.
Sentía una calidez expandiéndose en mi pecho que honestamente sentir eso me asustaba pero no quería apartarme, quisiera que el tiempo se parará, quedarme aquí pegado a ella, que estos momentos con ella nunca se convirtieran en recuerdos y siempre fueran mi presente.
–¿Te sientes mejor?
Ella simplemente asintió con la cabeza.
–¿Por qué no me has preguntado sobre porque te llamé a ti?
Es verdad que tenía esa duda y me carcomía no saber el porqué.
–Prefiero que me cuentes cuando tú quieras.
Me miró a los ojos.
–Gracias Sam, de verdad muchas gracias.
–No fue nada Blair.
Ella estaba acariciando mi mano con las yemas de sus dedos y ese contacto era tan mínimo que casi ni se sentía, pero yo sentía como dejaba vibrando esa parte de mi piel que tocaba.
–A veces pienso que venir a este pueblo fue un error, que todo sería más fácil si me hubiera quedado en Sindey, pero cada que estoy con Lily o contigo, me doy cuenta que no fue un error.
Y sus palabras causaron estragos en mi, porque yo también pensaba que había sido un error venir aquí, pero cada que estaba con ella sabía que error o no era lo mejor que me había pasado.
Nos quedamos en silencio hasta que sentí la respiración de Blair más pausada, agache mi cara para verla y tenía los ojos cerrados, No. Me. Jodas,
¿Se quedó dormida?
–¿Blair?– la llamé tocándole el cabello.
Pero no obtuve respuesta entonces asumí que nos íbamos a quedar aquí toda la noche, no me preocupaba mucho ya que Tilda es tan tranquilo, es un pueblo de ancianos, nunca pasa nada.
–Descansa traga libros.
Le di un beso en la frente y yo también cerré los ojos.