Capítulo XI 🐾

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-¡Por favor! Convéncelo de invitarnos también... Juro que te lo compensaré -rogaba Hakkai abrazando a Chifuyu, hostigándolo para que cediera a su petición.

-Ya te dije que eso no está en mí... Puedes preguntárselo directamente a Baji -respondió sintiéndose incómodo por la cercanía del otro.

Hakkai se había enterado, escuchando sin querer una conversación por teléfono, que la ex pandilla de Keisuke daría una fiesta "exclusiva", dónde sólo los integrantes y muy cercanos a éstos podrían participar. Y obviamente debía de ir si quería continuar su plan de conquistar a su querido Mitsuya, uno de los amigos de Keisuke.

-¿Bromeas? Tu noviecito me aterra -se quejó cargando aún más su peso sobre el más bajo -A veces me da la impresión que quiere golpearnos hasta la muerte solo por estar cerca de ti.

Chifuyu se sonrojó levemente mientras fruncía el ceño.

-No los quiere golpear... No le han dado la oportunidad de conocerlo -respondió por fin quitándose a Hakkai de encima.

-La fiesta podría ser una buena oportunidad para conocerlo y cambiar nuestra opinión de él -dijo Hakkai con una gran sonrisa.

Los demás no pudieron evitar reír por sus palabras. Chifuyu suspiró y accedió a la petición de su amigo, aunque personalmente no estaba al tanto de aquella fiesta, pues ya tenía otros planes junto a Keisuke para el fin de semana. Se sintió un tanto triste por ver su salida a la playa arruinada.

-Yo...podría preguntarle a Mikey si nos permite ir -dijo de repente Takemichi.

Todos voltearon a verlo y guardaron silencio. Takemichi empezó lentamente a sonrojarse ante la juzgadora mirada de sus amigos. Entonces Hakkai se le lanzó encima, dramatizando su emoción.

-¿Mikey? ¿Hablas del líder de la pandilla? -preguntó Atsushi preocupado -¡¿El sujeto que pidió tu número en la fiesta era Mikey?!

Takemichi asintió levemente con su cabeza. Chifuyu abrió su boca sorprendido. Keisuke había mencionado que ese tal Mikey era alguien de temer hablando en temas de peleas, y que si no se sabía tratar, podría ser muy peligroso. Sin embargo, Takemichi les dejó en claro que a diferencia de lo que todo el mundo creía de Manjiro, su verdadero nombre, el tipo era agradable y amigable.

-Takemichi...eres un verdadero imán para problemas -sentenció Chifuyu.


El cuarteto de amigos se dirigía a la cafetería de la universidad para conseguir algo de comer cuando vieron dentro a Keisuke hablando con una chica. Chifuyu sintió un nudo en la boca del estómago al ver cómo la mujer coqueteaba descaradamente con su "novio". Pero Baji no parecía en lo más mínimo interesada en ella, pues ponía más atención a su teléfono.

Una notificación alertó a Chifuyu, quien observaba desde fuera de la cafetería la escena.

"¿Qué estás haciendo? Hay una chica molesta junto a mí y no para de hablar... Estoy en la cafetería. No quiero ser grosero con ella, pero si puedes, ayúdame".

Chifuyu sonrió, sintiéndose terrible por dentro por haber desconfiado por unos instantes de Keisuke. Con confianza entró a la cafetería yendo directamente hacia el pelilargo. Se interpuso entre el mayor y la chica, quien le miró confundida en un principio y luego algo enfadada.

-¿Quién eres tú? -preguntó la mujer fastidiada.

-Él es mi pareja -respondió Keisuke con una gran sonrisa posando su mano sobre la cabeza del pelinegros -Estaba esperándolo para comer algo juntos.

Chifuyu asintió regresándole la mirada molesta a la chica. Keisuke tomó la carta de la cafetería y se la entregó al ojiverde diciéndole que escogiera lo que más le gustara, ignorando por completo la presencia de la mujer, quien al darse cuenta que ya no le prestaban atención se retiró de allí, empujando a Takemichi en su paso, cuando junto a sus amigos entraban a la cafetería.

-Esa faceta celosa no la habíamos visto antes en ti, Chifuyu -comentó Akkun parándose a una distancia respetable de la pareja.

-No eran celos. Baji me pidió ayuda y vine en su rescate -dijo inflando su pecho con orgullo.

Hakkai y Takemichi reían nerviosos. Se pusieron tensos cuando Keisuke puso la mirada sobre ellos, pero él sólo se limitó a hacer una orden de café para todos.

Cuando Chifuyu les había dicho que debían de conocerlo antes de juzgarlo, tenía razón. Keisuke resultó ser mucho más agradable de lo que pensaban. Aunque era bastante reservado en algunos aspectos de su vida, les contó sobre algunas de sus aventura junto a sus amigos de la pandilla. Hakkai aprovechó de obtener algo de información sobre Mitsuya, ya que éste no solía hablar mucho cuando se reunían pues se concentraba en sus trabajos y sólo se limitaba a responder "si" y "no" a sus preguntas.

-Mitsuya no te tiene confianza aún -dijo Keisuke antes de dar un gran sorbo a su café -Suele ser muy hablador en ocasiones. Este fin de semana habrá una fiesta en el estacionamiento abandonado a las afueras de la ciudad -comentó sacando su teléfono y tecleando un mensaje rápido.

Los demás le observaron en silencio, aguardando sus próximas palabras. Keisuke sonrió diciéndoles que Mikey dió su permiso para que asistieran a la fiesta.

-¡Tu novio es el mejor, Chifuyu! -exclamó Hakkai dándole unas palmaditas en la espalda al ojiverde.

-No lo grites -replicó Keisuke rodando los ojos -Sólo no causen alboroto y no se metan en problemas... No estaré ahí para protegerlos en caso de que algo suceda.

-¿No irás con nosotros? -preguntó Chifuyu en su oído, conteniendo su expresión de desilusión.

-No iremos... Recuerda nuestro fin de semana en la playa -susurró de regreso, mientras le guiñaba el ojo.

El resto del grupo hizo una mueca de disgusto frente a las muestras de afecto de la pareja. Keisuke frunció el ceño y gruñó, por lo que los demás se disculparon de inmediato. Chifuyu regañó a Baji por su actitud, y éste bufó dirigiendo su mirada a un costado.


Los días pasaron en un abrir y cerrar de ojos entre exámenes y clases. Chifuyu terminaba de alistar su mochila, tratando de llevar solo necesario pues viajarían en la motocicleta de Keisuke, por lo tanto no había el espacio suficiente como para llevar una maleta o algo parecido. Unos golpecitos en la puerta lo alertaron. Su madre apareció entregándole una caja con comida para dos, para que al llegar en la noche no tuvieran que preparar algo.

-Dale a Keisuke mis saludos. Yo iré a trabajar ahora, cariño -dijo dejando un pequeño beso en su frente -Y dile que no te deje marcas en el cuello como la vez anterior, eres una persona, no un animal de ganado.

Chifuyu se despidió de su madre y luego de que ella salió del apartamento, suspiró avergonzado. Aún recordaba la expresión de la mujer cuando descubrió las marcas de mordidas y chupetones que le habían dejado en el cuello luego de haber pasado un fin de semana fuera. Ella exigió conocer a la "chica" que le había dejado las marcas, y grande fue su sorpresa al ver se trataba de un hombre. Chifuyu creyó que su madre reaccionaría mal, pero fue todo lo contrario. La mujer lo reprendió sobre las marcas diciéndole que eran de mal gusto, pero luego compartió la cena y bromeó el resto de la noche con ambos chicos.

El timbre de la casa sonó sacándolo de sus pensamientos. Lo más probable era que se tratara de Keisuke. Abrió la puerta con una gran sonrisa, pero un fuerte golpe en la cabeza que le hizo perder el conocimiento era lo que le esperaba en la entrada de su hogar.

 Abrió la puerta con una gran sonrisa, pero un fuerte golpe en la cabeza que le hizo perder el conocimiento era lo que le esperaba en la entrada de su hogar

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