CASSIAN MADDOX
Era Sábado por la noche. Ruby había decidido no salir en todo el día y yo había aprovechado para tener un tiempo a solas fuera de la casa.
Mi tiempo fuera no duró mucho y no solo por la lluvia. Me había subido al coche antes de que empezara a llover. Mi cuerpo actuó por sí solo y me hizo subir al coche para volver a la mansión de los Blanchet.
Yo necesitaba un tiempo fuera de mi trabajo, fuera de la casa. Necesitaba hacer algo que no fuera estar en la casa. Ahora que la casa tenía protección máxima Ruby estaba bien segura adentro por lo cual yo podía separarme de ella, pero parece que mi cuerpo no estaba de acuerdo con mi mente. La primera cosa que hice fue ir a la habitación de Ruby, pero no porque quise. Ni siquiera me di cuenta de ello hasta que toqué a su puerta.
No sabía que hacía ahí y cuando Ruby me abrió, con su ropa de estar por casa y con su pelo en una coleta alta y algo deshecha, dejé de funcionar por unos buenos segundos. Ni escuché cuando me preguntó algo.
—¿Cassian? — preguntó con el ceño fruncido y algo preocupada. — ¿Se encuentra bien?
Me di golpes mentales para que mi cerebro volviera a funcionar.
—Sí, disculpe, solo quería saber si iba a salir o si me necesitaba.
—Mi padre me ha dado mucho trabajo para hoy y mañana así que no. Voy a estar todo el día trabajando. Muchas gracias por preguntar, por favor, vaya y tome un largo descanso, tómelo en mi nombre también.
Ruby me dedicó una enorme sonrisa. Intentaba mostrar que no estaba cansada, pero no le funcionaba, veía sus ojeras. Desde hace dos días, cuando tuvo que ir a la oficina de su padre, Ruby no ha salido de casa. Ha sido encargada con mucho trabajo. Su padre está trabajando en algo grande e importante fuera de la ciudad y necesitaba a Ruby más que nunca.
Admiraba lo trabajadora que era y lo mucho que se esforzaba por ayudar a su padre. Ya había tachado los adjetivos "mimada" y "vaga" de mi lista que describen a Ruby. Era todo lo contrario. Ruby estaba pasando un mal momento con su acosador, pero seguía dando la energía que le quedaba. Aun así, necesitaba descansar.
—Debería de tomarse un pequeño descanso — sugerí yo. Hice todo lo posible para que no sonara como demanda.
—Me encantaría hacer eso, pero esto es importante para mi padre y debo de ayudar ahora mismo. Nos vemos en la cena, ¿vale?
Ruby empezó a mirar hacia adentro de la habitación, en la parte derecha, donde sabía que estaba su escritorio. Lo capté de inmediato. Estaba nerviosa, cada segundo que pasaba fuera del escritorio se le hacía eterno y le provocaba algo de ansiedad, lo entendía muy bien.
—Vale, nos vemos en la cena.
Ella me dio una última sonrisa y se retiró cerrando la puerta.
Si no hubiera dicho eso Ruby se hubiera desmoronado en frente mía y posiblemente hubiera entrado en un ataque fuerte de ansiedad. Era mejor dejarla volver a su trabajo. En cuanto terminase aquello iba a obligarla dormir veinticuatro horas seguidas.
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El protector [+18] © - Nueva Versión
RomansRuby Blanchet es la hija del primer ministro de Francia. Su vida cambia cuando empieza a recibir cartas anónimas de un admirador secreto, el cual acaba por convertirse en un acosador cuando entra en su casa y le hace fotos mientras duerme. Ella est...