Cada 39 minutos.

Capítulo II

Verdad o reto.

La mañana del sábado, es decir la mañana de la fiesta y del cumpleaños de Elena me desperté con dolor de cabeza y con ganas de beberme 10 litros de alcohol y olvidarme de todo, pensaba ligarme a todos los chicos que me diese la gana y pasármelo muy bien.

La fiesta era en casa de Elena, mi mejor amiga tenía un casoplón ya que sus padres eran de esos ricachones que siempre estaban de viaje y ese fin de semana tenía casa sola y lo que más le gustaba a Elena era montar fiestas, a lo estilo Euphoria.

A mi mejor amiga se le iba la cabeza completamente cuando montaba una fiesta y si encima era su cumpleaños esa noche podía pasar de todo.

La llamé para felicitarla y luego nos quedamos un rato más hablando de cómo iba a ser todo y de lo que nos íbamos a poner. Al final quedamos en que se vendría a mi apartamento para planificar todo, para ella todo tenía que salir perfecto para que fuera el caos perfecto.

Salí de la habitación para desayunar y recibí una llamada de mi padre.

Mierda, no le había avisado de que no iría a la cena por la fiesta.

Alguien va a tener una bronca con su padre.

Oh, cállate.

En cuanto descolgué comprendí que mi padre estaba emocionado por cenar todos juntos, es decir, mi padre, mi madrastra, su hija y yo.

No había otra cosa que más molestase que dejar a papá desilusionado, pero era el cumpleaños de Elena y necesitaba fiesta, hoy no estaba de humor.

-Hola, papá- conteste fingiendo tranquilidad, aunque fue en vano porque mi padre me conoce y aunque se mentir, con él es prácticamente imposible.

-¿Qué has hecho ya? -me acusó mi padre.

-¿Por qué das por hecho que he hecho algo? - pregunté molesta por su acusación.

-Porque no sabes mentir, no puedes venir hoy ¿verdad? - usó ese tono triste que pone cuando le tengo que decir que no a algo.

-Tengo el cumpleaños de Elena y no puedo faltar, lo siento.

-¿Vas a saltarte una cena en familia, para irte de fiesta? - preguntó empezando a enfadarse.

-¿Qué?, No, claro que no, me quedo solo a dormir a su casa- le dije con intención de que lo tragase- Estaremos solo nosotras papá.

-Voy a creerte, porque sé que a ti también te hacía ilusión la cena- dijo disminuyendo el enfado.

-Te prometo que el fin de semana que viene iré a verte- le aseguré con una sonrisa, aunque sé que no la vería.

-Está bien princesa, pásatelo bien.

-Adiós, papá- mi padre colgó y yo me tire a la cama.

En cuestión de segundos alguien llamo a mi puerta y solo podía ser una persona.

De un salto bajé de la cama y fui a abrir la puerta.

Y como yo sabía era Elena.

-Buenos días zorra- ni se molesta en preguntarme si puede pasar o no, si por ella fuera, el apartamento también estaría a su nombre.

-¿Cómo es que has venido tan pronto?, no te esperaba hasta por lo menos las 4 de la tarde - le dije cerrando la puerta y tirándome a la cama.

-Yo tampoco me creo que haya sido capaz de levantarme tan pronto, pero vístete que tenemos que hacer muchas cosas- me dijo tirándome unos pantalones vaqueros anchos, un top morado y mi chaqueta vaquera.