4- El verano acaba de empezar.

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Si una noche de
julio pudiera hablar,
probablemente sería para
presumir de que ella
inventó el romance.

xx.

Después de esa tarde tan bonita con Aaron no hemos parado de hablar. Me dió su número y cada dos por tres me manda fotos de que esta en playa, o con su madre, o con Sea o puliendo la tabla. Y yo no puedo estar más maravillada con que me las mande.

Pero en este momento me encuentro bajando con Jules la rampa de la calle de nuestra urbanización para ir a la playa un rato.

Al cruzar en paso de cebra oímos como alguien grita:

—¡Eh, bombones!

Nos giramos y vemos que...

Oh, cómo no.

Dylan.

—¿Vais a la playa? –dice acercándose corriendo a nosotras.

Jules y yo nos miramos a la vez, cómplices.

—Pues sí, ¿por? –suelta mi mejor amiga.

Cómo siempre, con tanto tacto.

—No, nada, ¿pero vais a esta? –insiste Dylan.

—Eso intentábamos hasta que nos has interrumpido –digo yo esta vez.

—Perdona, pero lo decía porque Aaron y unos amigos vamos a ir a la playa del fondo a jugar a voley y surfear un rato, por si queráis pasaros –rueda los ojos —. No por nada más, no estoy interesado en vosotras, ¿eh?

—Ya –dice Jules.

—Menuda amiga más creída que tienes –me dice —, aunque sí que es verdad que es muy guapa.

Jules sonríe con ironía y yo me río.

—Bueno, Dylan, guían... –comienza a decir mi amiga.

—¡Sht! –se pone las gafas negras cuadradas (seguía llevando las que ponía "kiss me") —, ahora soy Dioniso –nos sonríe —. Vamonos.

***

Hemos estado un buen rato andando hasta donde Dylan nos había dicho, madre mía, tengo los pies super mal, me duelen muchísimo.

—Eh, ¿Dylan? –le llamo —. ¿Cuánto nos queda? Creo que voy a morir por una piedra en el talón o algo de eso.

—Venga, ricitos, no queda nada –me dice —. Y eso de la piedra es muy Aquiles, pero recordemos que el único dios aquí soy yo.

Jules y yo nos reímos, porque, ¿quién no se reiría con este hombre?

—Bueno, tanta queja para nada, ¡aquí estamos! –anuncia.

Bajo la mirada a la playa que se extiende a nuestros pies y veo a un grupo de chicos jugando al vóley gritando y riéndose.

Uno de ellos es Aaron.

Está tan guapo...

—Daph –noto como Jules me llama —. Daph –insiste.

Amor Bonus [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora