Los chicos son mejores que las flores (Goth y tu)

Episodio 2: Rey v/s Plebeya

Episodio 2: Rey v/s Plebeya Editado!!!

Narra ____(tn):

Al siguiente día fui directo a mi casillero pero tenía mucho miedo de abrirlo, he rezado mucho... Realmente mucho. Pero al final, caí en su juego puesto a que la tarjeta colgaba de mi casillero y yo solo pude mirarla diciéndome a mí misma que este sería el peor día.

-¡Tarjeta Negra! ¡____(tn) Rojas de 2C tiene una Tarjeta Negra!

Doy por asegurado que mi día se fue a la conchesumare.

Fin de la Narración.

En la cafetería, justamente en el segundo piso estaban los G3 reunidos, Edgar probó su jugo de manzana observando detenidamente como el líder del grupo obligaba a tres alumnos a cumplir su pedido.

-Tienen que deshacerse de esa estúpida hoy mismo.

-Es la primera vez que una chica recibe la Tarjeta negra.- comento Jaime cruzándose de brazos.

-Si...

El ruliento volvió a mirar a su amigo, este sonreía de una manera extraña. Apoyaba a Nicolás con lo de la Tarjeta Negra porque la chica se lo había buscado sola, pero, no había necesidad de tratar tan mal a la gente si con solo una advertencia las cosas podían arreglarse, además Norma no lo hizo con intención.

-¿Que tanto pensai Edgarin?

-Nada... Cositias personales.

-Ah, o sea que anoche igual teniai cosas personales. Porque no jugaste de la misma manera que la otra vez.

-Jaime, ¿podi dejarme comer tranquilo?- le pregunto con cierto cabreo en sus palabras, no quería desquitarse con su amigo, pero necesitaba estar en silencio.

-Andai en tus días, weon.

-Cabro culiao...

Nicolás miro a sus amigos fijamente meditando sobre la forma en la que actuó esa chica, ¿qué mierda se creía ella? Él era un chico que venía de una familia poderosa y por ende tenía que respetarlo como lo hacían los demás.

-Vai a sufrir... ____(tn) Rojas.

Narra ____(tn):

No pude evitar querer asesinar a todos los weones de mi curso, está bien, recibí la Tarjeta Negra pero podrían hacerme bullying fuera de las horas de clases, después de todo, estaba disponible todos los recesos. ¿Por qué digo esto? Pues es simple, mi mesa y silla no estaban en el salón, todos me aprisionaron y comenzaron a reírse de mí.

-¡Sálganse de aquí, mierda!- grite empujando a todo aquel que estuviese frente a mí, si era necesario los golpearía con mi bolso. Salí del salón en busca de lo necesario para poder formar parte de la clase y adivinen donde los fui a encontrar... Sip, en el basurero del patio.