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-¿De Olivia? ¿Ha pasado algo?

Mi pulso iba a mil, el terror recorría mis venas y sentía que vomitaría el corazón por la boca.

-No, no. Tranquilo. -recuperé el aliento y me relajé- Ella no sabe que estoy aquí.

Su mirada captó mi atención. Se veía cansado y escondía algo que no era visible ante mis ojos.

-Ah, ¿entonces?

Soltó un suspiro y se encogió de hombros.

-Siente que te falla. Que no es suficiente para ti. -espetó.

Una punzada de arrepentimiento invadió mi ser, ya que yo también pensaba lo primero.

-No lo hace. -musité. Pero lo musité para mí, para creérmelo yo.

Intentaba convencerme de que no lo hacía, porque no tenía razones para hacerlo, ni me demostraba haberlo hecho.

-Lo sé, pero ella lo piensa. Y no por nada, si no por qué tu haces que lo piense.

-¿Yo? -pregunté- Pero si yo no he hecho nada. -dije ofendido.

No me daba cuenta pero estaba siendo egoísta, un estúpido egoísta. 

-Ya, si.., claro. -ironizó.

Sentí su mirada penetrar mi cuerpo, y me di cuenta de que esta era sincera, Joe no bromeaba, y eso a mi me preocupaba.

-Pero...

-Sospechas de nosotros. -me interrumpió.

Cerré mi boca y reflexioné aquello.
Era verdad, era totalmente cierto. Yo lo hacía, y no sentía descaro alguno. Me sentía como un idiota, pero eso no fue lo que me sorprendió, me sorprendió que él supiera aquello. ¿Quién se lo había dicho? No creo que se me notara tanto, a demás, llevaba días sin relacionarme con nadie, hasta que Olivia me animó a salir. ¿Ahí comenzaron a sospechar aquello?

-¿Qué?

Joe rodó los ojos, acomodándose en mi cama.

-Me lo dijo.

¿Ella leía mentes acaso? ¿Cómo es que Liv lo sabía? No recordaba haber dicho nada, pero a lo mejor lo había hecho.

-Pero si yo no he dicho nada. -quise protegerme. Era mi palabra contra a suya.

A fin de cuentas, ambos teníamos razón. Y yo no podía negar la realidad, ya que esta me estaba dando de hostias en mi cara, y yo seguía cegándome para no darme un golpe contra la verdad, porque si venía de golpe dolería más, aunque retrasar aquello no me serviría de nada.

-Te escuchó, Kit. Hablar con Shopie. -mi menté explotó- Eres un completo imbécil.

Aquello no me ofendió, no podía pensar en eso. Sólo buscaba una solución.

-¿Estás ciego, acaso? -me habló como a un niño- ¡Shopie gusta de ti! 

Mi mente no podía con aquello, ¿por qué tanta información de golpe?

-¿Que dices? -susurré.

-Intenta separaros, a ti y a Olivia. Así que deja de comportarte como un completo imbécil y cuando tengas duda habla con alguien. -dijo señalándose- Conmigo. -recalcó.

Me tiré hacia atrás dejándome caer sobre la cama con las manos en mi rostro. Bufé frustrado y miré a Joe de reojo.

-¿Y que hago? -susurré- ¿Me odia?

Joe me lanzó una almohada que había a su lado.

-¿Eres tonto?

Lo pensé unos segundos.

Casualidad / Kit ConnorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora