Capítulo único

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Las hélices de un helicóptero se escuchaban en la distancia, una distancia significativa. La presencia del vehículo volador del ejército se movía a una velocidad de vértigo mientras atravesaba las cálidas aguas del oeste estadounidense, las cuales parecían ser aguas que jamás nadie había atravesado siquiera con el más moderno de los barcos. Después de todo, ningún barco mercante, ninguno de pasajeros, ningún avión, ningún submarino, ninguna nave… nada se interpuso en el camino mientras el helicóptero cortaba el viento como un cuchillo la mantequilla. En el interior de la cabina piloto se encontraban dos mujeres a bordo de la nave: Wendy Testaburger, como piloto; y Heidi Turner, como copiloto. A su lado, de pie, apoyada en los dos asientos, se encontraba Bárbara Stevens, miraba al frente a través de la cristalera hacia la extensa masa de agua sin final. Hasta que, en el horizonte, emergió repentinamente una isla virgen, desierta… En ese momento, sus pasos se giraron hacia la zona en la que todos esperaban sentados en sus asientos, agarrados por las turbulencias y con los paracaídas listos. Sus ojos verdes recorrieron uno a uno. Las miradas se conectaron con la suya, no necesitó palabras, solo asentir con la cabeza. Todos captaron el mensaje. Habían llegado a la isla.

- Preparaos para saltar.- la voz de Eric Cartman sonó desde los altavoces de la zona delantera del helicóptero. Su holograma apareció a través de un sofisticado sistema tecnológico implementado en la inteligencia y lo avanzado que era aquel helicóptero, desarrollado por Tolkien Black y perfeccionado por Jimmy y Timmy.- Ya conocen el plan. Kyle capitán. Kenneth segundo de mando. Stanley, no pierdas al grupo si no quieres acabar como en la misión intertemporal a Perú. Tweek, no olvides los explosivos como la última vez en Rusia. Craig, usa nudillos de acero en vez de las manos desnudas, no hagas como en Grecia que te dieron una paliza. Me encantaria estar ahí para daros una bofetada a cada uno para animaros, pero no va a poder ser. No permitáis que esos cabrones de la isla nos arrebaten lo que es nuestro. Quiero esa reliquia, sucias sabandijas. Bárbara, te paso la conexión.

El holograma desapareció. Ella se puso en medio, empoderada, firme, amenazante. Sus ojos verdes deslumbraron por un segundo.

- Poner un pie en esa isla significa que mañana podrían no regresar con sus familias. Y aún así están aquí. No quiero ver a ninguno de vosotros lloriqueando en la playa. Y a aquel que maten, lo haré volver a la vida y lo mataré yo misma. ¿Queda claro?

- Si, señora.- fue al unísono.

- Tres minutos para saltar.- Wendy informó desde la cabina de piloto.

- Muy bien, preparen la puerta de desembarque y aseguren sus paracaídas. Caerán al sur de la isla. Vuestro objetivo es el templo del centro y matar a todo aquello que se mueva y no sea de vuestro equipo.

Tweek alzó un brazo.

- No, Tweek, a los animales no.

Bajó el brazo.

- Soltando los cinturones y abriendo puertas de embarque.- Heidi dió la voz de alarma mientras los cinturones que los conectaban al asiento por la cintura se soltaban y la puerta dejaba entrar un cálido sol tropical que iluminaba la estancia al emerger a través de la fina línea entre el cielo y el agua.

- Serán recogidos exactamente en dos semanas. Más os vale haber conseguido aniquilarlos a todos en esa isla y tomar la reliquia.

- Sí, señora.- dijeron al unísono una vez más.

- Diez segundos para saltar.- avisó Wendy.

Todos se prepararon y se levantaron. Al paso de aquellos segundos uno a uno fueron saltando sin miedo y sin pizca de pánico en sus expresiones, cayendo en picado hasta un cálculo determinado por la experiencia y abrieron sus paracaídas para llegar a nado hasta la orilla. El helicóptero se marchó tan rápido como apareció y los cinco emprendieron la marcha después de recoger la caja de herramientas que fue arrojada tras ellos por una patada de Bárbara.

173.- Misión: 50uTH p4RKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora