🦁°21°🐱

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Se sentían como tres niños regañados. Porque así se sentía que Asahi los mirara uno a uno contando el tiempo que duraba su mirar en cada uno.

Jaehyuk, Haruto y la señora Hamada se encontraban sentados en fila en tres sillas respectivamente. El más alto jugaba con sus índices sobre su regazo, el más bajo no hacía nada más que esperar a que Asahi echara al intruso como acostumbraba, y la mujer tenía sus piernas cruzadas y una sonrisa simpática en el rostro.

—¿Están esperando que diga algo? —preguntó Asahi descolgando la mochila de su hombro.

—¿Por qué lo dices cariño? —habló su madre.

—Me miran como si estuvieran esperando que diga algo.

Asahi no dijo nada más. Subió hasta su cuarto y se encerró allí sin despedirse de nadie. Haruto miró sorprendido al chico a su lado. Al menor no le gustaban los intrusos, entonces ¿Por qué no lo había echado?

—¿Lo conoces? —quiso saber.

—Soy su vecino —respondió.

Sí, su vecino. Pero a ningún vecino Asahi le permitía entrar a su casa si no era por algo en especial. Incluso así, debían respetar un horario que era impuesto a la fuerza por el castañito Hamada.

—¿No tienen otra clase de relación?

Más cuando Jaehyuk quiso responder, de la escalera se asomó el pequeño y con el rostro sin expresión dijo: —Jaehyuk, Haruto hyung, pueden subir conmigo si quieren.

Los dos chicos mencionados tuvieron pensamientos diferentes. Uno de ellos pensaba ¡Jaehyuk hyung suena mejor! y el otro ¡¿Lo está invitando a su cuarto?! .Puede que ambos estuvieran alterados por culpa de Asahi pero existía una única regla que todos cumplían al entrar al radar de Asahi (todos, menos su madre); lo que el pequeño pedía, era lo que se hacía.

Haruto y Jaehyuk subieron detrás del menor y cada tanto se daban algún que otro empujón, sólo por mero odio.

Jaehyuk ya había visto el cuarto del pequeño Hamada, pero estar allí con él se sentía un poco diferente e intimidado. Vio al dueño desprenderse de su camisa y dejarla perfectamente doblada sobre la enorme cama suya. Luego del armario se dispuso a buscar una polera bastante grande para el delgado cuerpo suyo.

A todo esto, el más alto tambaleaba su peso de pie en pie para aliviar la incomodidad.

—¿Tú no tienes que estar en la universidad? —Asahi habló desconcertando al peli castaño alto. Este lo miró por unos segundos intentando conectar todas sus neuronas en poder entender a lo que se refería. Luego cayó en cuenta:

—¡Oh! Sí, es que no tenía ganas de ir.

—Ah... Está bien, a veces yo tampoco tengo ganas de ir pero mi mamá me obliga porque quiere que tenga amigos, pero yo le digo que no necesito amigos aunque la escuela de relaciones humanas dice que las personas tienden a producir más si trabajan en grupo, a lo que a mi parecer no es tan errado pero no me gusta estar rodeado de muchas persona al mismo tiempo y que me toquen o que hablen de cosas que no me interesan. A pesar de que se los digo bien ellos parecen tomarlo mal, quizás mi tono de voz les hace creer que digo las cosas ma-

—¡Ya para un poco! Eres muy parlanchín ¿Escuelas de relaciones humanas? No me interesa, niño.

—Shh. No le hagas caso Asahi, yo sí te escucho y puedes contarme lo que quieras.

El menor se quedó observando a los dos mayores. Ellos eran diferentes y si no lo decía era porque conocía a la perfección las reacciones de las personas cuando les trataba de explicar que eran parte de su experimento.

En silencio tomó su bloc de hojas y escribió las nombres de ambos chicos separados por una extensa línea que dividió la hoja a la mitad. Del lado de Jaehyuk escribió:

No le gusta que hable de cosas interesantes.

Y del lado de Haruto:

Le gusta que le hable de cosas interesantes.

Comparar a dos personas diferentes para su propia teoría. Cómo era convivir con una persona como Jaehyuk y como lo era con alguien como Haruto. Y la verdad prefería quedarse mil veces al lado del segundo más bajito, pero no le gustaba dejar sus experimentos a medias.

—¿Por qué dejas que este se quede? Asahi... —indagó Watanabe.

—Porque es mi amigo.

—Porque es mi amigo

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𝑆𝑖𝑙𝑒𝑛𝑡 𝐵𝑢𝑟𝑠𝑡 | °Jaesahi° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora