CAPÍTULO 25
═══════════════════
DORMIMOS ACURRUCADOS
═══════════════════
Fue muy mala idea permitir que contaran historias de miedo. En la mitad de la primera historia, yo ya me encontraba aterrada, a tal punto de esconder mi cara en la manta. Me daba igual parecer una niña pequeña. Odiaba este tipo de historias por ese motivo. Me asustaba aún incluso cuando sabía que eran solo historias. Relatos ficticios creados para asustar. Pero aún sabiendo eso, no podía evitar sentir miedo.
A la tercera historia, Arashi se compadeció de mí e hizo que pararan de contar más relatos. Luc paró enseguida, pero Viktor siguió con su aterradora historia. Tuve que darle varios manotazos para que dejara de hablar.
Después de eso, cada uno fue a hacer sus necesidades básicas y nos dijimos las buenas noches antes de meternos en nuestras respectivas tiendas.
Viktor se encontraba normal. Despreocupado. Las historias no le habían afectado para nada, todo lo contrario de mí, que me encontraba temblando presa del miedo en medio de la tienda mientras observaba a Viktor colocar los sacos de dormir bastante separados. Ni en broma iba a dormir a tanta distancia de él y aún más estando cerca del final de la tienda.
Pero no quería que lo supiera, así que me hice la valiente.
Justo cuando iba a tumbarme en el saco, me acordé de que aún no tenía puesto el pijama, cosa que Viktor estaba haciendo en estos momentos delante de mí. Mostrándome todo su torso tatuado.
—¿Qué haces?
Viktor parpadeó varias veces sin comprender.
—Ponerme el pijama. ¿O piensas que dormiré con la ropa de hoy?
—Pero podías haberme avisado —contesté con las mejillas calientes—. O no sé, darte la vuelta.
—Lyssa, no hay nada que no hayas visto ya —contestó en tono burlón—.¿O es que no lo recuerdas? ¿Quieres recordarlo?
—¡Viktor! —protesté en un fuerte susurro.
Viktor se terminó de poner el pijama y se quedó de pie, viéndome.
—¿Ahora que miras?
—¿No vas a ponerte el pijama?
—Lo haré cuando dejes de mirarme.
Viktor negó con una sonrisa y se dio la vuelta.
—Cuánto pudor.
Me vestí tan rápido como pude y dejé la ropa doblada para mañana.
—Ya te puedes dar la vuelta.
Viktor se dio la vuelta y se quedó observando un punto detrás de mí.
—¿Has oído eso?
—¿El que? —pregunté con voz temblorosa.
—Como si estuvieran arrastrando algo.
Di un paso más cerca de él asustada.
—Déjate de bromas.
—¿Qué te hace pensar que es una broma?
—Te has puesto a contar historias de miedo solo para fastidiarme —expliqué asustada—. Y ahora quieres volver a asustarme. Deja de hacerlo.
—¿Estás asustada?
—Sí. ¿Algún problema? —contesté dejándome de hacerme valiente, porque no estaba funcionando.
Viktor negó con la cabeza y las manos.
—No, ninguno —se tumbó el saco y apagó la luz de la linterna que usamos como bombilla—. Vamos a dormir.
Asentí sin importarme si podía verme o no y me tumbé en mi saco. Gracias a la poca luz que entraba de la luna, no me tropecé ni nada por el estilo. Me tapé con el saco hasta la barbilla y cerré los ojos. Pero me fue imposible dormir. Los ruidos del exterior me asustaban y mi corazón latía demasiado rápido.
Después de unos minutos en los que intentaba dormir, me armé de valor y pregunté:
—¿Estás dormido?
—No. ¿Qué pasa ahora?
—¿Puedo dormir contigo? —pregunté en un susurro.
Viktor se quedó en silencio unos segundos.
—Claro.
Y empezó a moverse porque escuché el ruido del saco. Me levanté del suelo y coloqué mi saco junto al suyo. Muy pegados. Me volví a tumbar pero esta vez de lado, mirando a Viktor.
—¿Me puedes abrazar?
Viktor no pudo evitar sonreír. Sacó sus brazos de dentro del saco y me estrechó entre ellos, Me acerqué más a él y puse mi cabeza en su pecho. Escuchando sus latidos. Y poco a poco empecé a cerrar los ojos. Junto a Viktor me sentía protegida.
VOTA - COMENTA - SÍGUEME
ESTÁS LEYENDO
Viviendo con Viktor
RomansaLyssa tenía una cosa clara, odiaba a la propietaria del edifico en el que vivía. ¿Tanto le costaba darle un apartamento en el que poder vivir durante los próximos dos meses? A Lyssa le había quedado claro que la dueña era una urraca, así que para no...