Capítulo 15

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5 de 5 para el final; primera parte.

Año 2107 - Isla Socotra, Yemen.

La resistencia.

DANIELA'S POV

El fuerte sonido del golpe atestado contra el marco de la puerta provocó que mi cuerpo se estremeciera mientras la observaba en silencio y acompañaba sus movimientos aleatorios en la habitación, el resonante ruido de sus pasos exteriorizaba el enojo que soslayaba su interior y el cual intentaba procesar para no explotar. María José intentaba hallar una apacibilidad en la tormentosa furia que dominaba sus emociones y eso realmente era de admirar.

La situación vivida momentos atrás con Parker había logrado que el ambiente entre ambas se tensara e inevitablemente nuestros estados de ánimos iniciaron un surco de fluctuación hasta transmutar la comodidad que nos envolvía y convertir el lugar en el que nos encontrábamos completamente asfixiante.

— Espero que seas consciente de que pagarás por los daños provocados a mi puerta. — intenté bromear, pero me arrepentí en cuanto sus ojos se estancaron en los míos demostrándome la cólera que definía su estado actual — Lo lamento.

— ¿Qué? — se acercó a mí con paso firme — ¿Qué lamentas realmente Daniela? 

—Todo, lo que sea que esté molestándote en este momento. Lo lamento ¿si?

—Le mentiste a un chico para manipular sus habilidades y entregarme a ese puto infierno de Neuroisis — dijo dolida.

—Sí María José. Lo hice, eso lo sabemos, creí que era un tema comprendido por ambas partes. — fui firme en mi tono— ¿Seguirás crucificándome por mi error?

—¿¡Tu seguirás clavándome puñales por la espalda!? —gritó— ¿Seguirás jugando conmigo a tu antojo?

Suspiré ante su pregunta, esta situación era un ir y venir recreado por un bucle de reclamos que no cesaría nunca y de ser así aunque me esforzara nunca lograríamos estar tranquilas y felices.

—Esto no va a funcionar — mencioné virando mi cuerpo, dejándola allí con la ira burbujeando en sus ojos y escapando por su boca, — No participaré en una discusión definida por gritos —  Necesitaba aire así que me dirigí al pequeño balcón de la habitación.

La oscuridad dominada por la hora de la noche empezaba a ser profanada por los débiles rayos del sol que poco a poco empezaba a tomar más fuerza. Realmente apreciaba la vista que lograba avasallar mi visión, millones de estrellas deslumbraban el horizonte mientras la luz de la luna rociaba los frondosos follajes del bosque.

Mi visión periférica detectó la figura de María José y mi corazón se estremeció con más fuerza ante el dolor y la impotencia, deseaba borrar cada acción que nos llevó a este punto de molestia, pero no estaba en mis capacidades regresar el tiempo para lograrlo.

La vida se define por una constante de dificultades, unas más accesibles a la solución que otras y en mi caso, mi error era un precedente ante cualquier oportunidad que se creara entre María José y yo.

—Es realmente hermosa la vista que tenemos hoy — hablé con un tono sutil — me agrada más la vida nocturna.

Un silencio agonizante se explayó entre nosotras y bajé mi vista hasta sujetarla a la punta de mis dedos que jugaban entre ellos nerviosamente.

—No puedo seguir así — sus manos se apretaron en el barandal del balcón y desvié mis ojos hasta observar atentamente el perfil de su rostro.

—Lo lamento— volví a disculparme, sentía que ninguna palabra nos llevaría a una situación agradable, así que solo quería hacerle entender que realmente lo sentía.

RESILIENCIA (Parte 1 Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora