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Keonhee se viste apropiadamente para salir a trabajar, al menos a su empleo temporal.

Un par de clientes frecuentes han estado insistiendo alguna de sus visitas, pero no puede hacerlo, tiene que demostrarle a Seoho que es de confianza y que si quiere puede cambiar.

Al menos quiere aparentarlo.

Se mira en el espejo y cuando está conforme con su apariencia despierta a su pequeña siendo suave.

En cuanto Hyejin abre los ojos le sonríe y suelta un bostezo.

─Vamos, te dejare en casa de tus tíos y Hwanwoong te llevara a la escuela ─pide suavemente.

─Sí, gracias ─dice estirándose─ ¿Volverás temprano otra vez?

─Sí, así lo haré un par de días más.

─Genial, ya casi no tienes ojeras ─nota poniéndose de pie para vestirse─ ¿Te gusta tu nuevo trabajo?

─Me gusta mucho ─admite sonriendo, aunque no le llega a los ojos─ pero solo es temporal.

─Deberías quedarte ahí, se ve que te gusta y puedo pasar más tiempo contigo, por lo menos piénsalo.

No necesita pensarlo porque le gusta estar ahí, le da paz saber que no tiene que complacer a nadie para poder sacar adelante a su hija.

Le gusta la compañía del padre.

Pero no puede.

─Lo pensaré ─miente asintiendo─ vamos, se hará tarde.

En cuanto la pequeña termina de estar lista salen de la casa sin importarles el desorden que hay, no importa que tanto Keonhee se esfuerce en ordenar, su madre y sus fiestas terminan por derrumbarlo todo.

Caminan dándose su tiempo, no hay prisa ya que ambos suelen salir antes para evitar correr innecesariamente.

Avanzan un par de calles más hasta llegar a su destino, al hacerlo golpean la puerta y casi al instante es abierta.

─Hola, pasen ─permite Hwanwoong haciéndose a un lado.

─Gracias ─agradecen los invitados al mismo tiempo.

Hyejin corre hacia Youngjo en cuanto lo ve y lo abraza, este corresponde riendo y la despeina un poco.

─Oye, ya estaba lista ─regaña Hwanwoong riendo─ vamos al baño Hyejin, te acomodaré el peinado.

La menor obedece, toma la mano de su tío y entran al baño.

Keonhee ve a la menor más feliz que de costumbre, siempre ha sido risueña pero últimamente esas acciones las eleva aún más y le gusta.

Él no habrá tenido la mejor infancia, pero se encarga de hacer lo mejor posible para su pequeña.

─Keonhee ─nombra Youngjo llamando su atención.

─ ¿Ya quieres hablarme? ─pregunta seriamente girando para verlo.

─No te molestes, es tu culpa por no aceptar mi ayuda, me haces sentir inútil.

─ ¿Ahora es mi culpa? Te recuerdo que estamos en esto por ti ─reta enojado, pero se siente mal al ver que su hermano agacha la cabeza─ no es lo que trataba de...

─Ya sé lo que lo hice, no debes recordármelo por eso quiero ser de ayuda Keonhee, estoy cansado de que tengas que arreglar mis problemas.

─Pues entonces no te metas en más y con eso me basta, no te preocupes, ya estoy salvándonos poco a poco ─asegura acercándose y se sienta a su lado─ ¿Cómo van tus heridas?

─Ya estoy bien, comencé a trabajar hace poco, gracias por ayudarnos con los gastos, ¿Y cómo te va con lo que te mandaron a hacer?

─Supongo que bien, he avanzado y solo espero el momento para actuar.

─ ¿No me dirás cuál es tu misión?

─Es mejor que no lo sepas.

─ ¿Debes matar a alguien?

─ ¿Qué? Obvio no, pero tampoco me enorgullece hacerlo ─maldice suspirando─ en fin, debo irme, pero vendré más tarde, cuiden de Hyejin por favor, me haré cargo de lo demás.

Youngjo asiente y ve como su hermano mayor sale por la puerta listo para hacer algo incierto, aunque no sabe lo que hace tiene una idea.

Keonhee se rige normalmente por normas que él mismo se ha impuesto, y una de ellas es no robar.

Así que es fácil imaginarse lo que sucede.

Mientras tanto el bajito se dirige a la iglesia para continuar con la farsa, solo piensa en la manera de terminar esto lo más rápido posible, está sintiendo cosas que no debería y si deja pasar más tiempo solo lo hará más difícil.

Camina un poco más hasta llegar a la iglesia, las puertas siguen cerradas lo que es extraño porque Seoho suele llegar con demasiado tiempo de anticipación.

Intenta abrir empujando pensando que puede estar dentro pero no funciona.

Algo pensativo decide sentarse en la banca cercana a esperar, no debe tardar mucho.

─Vaya, es raro encontrarte por aquí.

Keonhee alza la vista encontrándose con Kihyun que lo observa con una sonrisa.

─Podría decir lo mismo, tampoco eres muy devoto que digamos ─exclama volviendo a mirar al frente.

Kihyun ríe y le hace compañía sentándose a su lado.

─ ¿No tienes algo mejor qué hacer además de molestar? ─cuestiona Keonhee irritado.

─No realmente, relájate, no querrás que le diga a Changkyun que estás de mal humor.

─Ya te lo dije, dile lo que quieras de mí, estoy haciendo lo que me encargó y no tengo nada que temer.

─Siempre tan valiente solo porque no puede tocar a tu hija, te aprovechas de eso no me haces tonto Keonhee ─reta levantándose─ pero no te confíes, Changkyun no es tan tonto como crees y encontrara un punto donde pueda atacarte, ya lo hizo con Youngjo.

─ ¿Por qué tanta insistencia conmigo?

─Porque espero que no seas tan idiota como para darle más armas cariño, solo piénsalo, por algo es el jefe y si bajas la guardia encontrara algo más que te duela ─advierte empezando a caminar─ por cierto, vi al padre Seoho... ya veo porque te tomas tu tiempo.

Termina riendo y se aleja lentamente.

Esa última frase dio que pensar al bajito, Kihyun es alguien de temer así que sin pensarlo dos veces se levanta del banco y corre a casa de Seoho.

Debió hacerle algo, por eso no llega.

Se apresura a llegar y al hacerlo se acerca a la puerta, intenta golpearla para avisar su entrada, pero al hacerlo se abrió sin el mayor esfuerzo.

La cerradura está violada.

─ ¡Padre! ─grita entrando al domicilio─ ¡Padre!

Oye algo de ruido en la habitación y entra preocupado pensando lo peor.

─ ¡Padre!...

─ ¡Keonhee! ─nombra cubriendo su miembro con sus manos─ Oye, sal de aquí.

─Yo, yo ─no puede formular alguna palabra, por su cabello mojado nota que acaba de salir de bañarse.

Gotas de aguas recorren su abdomen y torso, sus fuertes brazos y cuerpo duramente marcado se hace notar mucho más sin sus ropas cubriéndolo.

─Keonhee, sal ahora.

─Yo, sí, perdón.

Sale de la habitación y cierra la puerta, su rostro se encuentra totalmente sonrojado y no es para menos, pensaba no encontrarlo o hacerlo en una situación lamentable.

Pero no estaba preparado para verlo desnudo haciéndolo una tentación más grande. 

Mi Religión [Seohee]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora