Panic Room|| Catradora AU

Capítulo 39|Agapē

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Catra

Al primer segundo en que escuché el sonido del despertador abrí los ojos con ansia. Prácticamente salté sobre Adora para apagar el ruido horrendo que producía el aparato y me quedé sentada en mi lugar de la cama con una sonrisa de antelación mientras me frotaba los ojos.

Hoy retomaba las clases.

Había estado contando los días desde hace semanas.
No era de esas personas que amaba con toda su vida ir a estudiar por horas rodeada de adolescentes hormonales estresados, pero sentía que estaba comenzando una nueva etapa de mi vida, y volver al colegio era mi siguiente paso. Y me gustaba la idea de intentar algo nuevo sin "tener una cuerda atada en mis pies".

Volteé hacia Adora, quien se tapaba la cara con una almohada y gruñía en frustración. Había descubierto que no era una persona madrugadora.
Sonreí inevitablemente sacándole la almohada de la cara para verla.

-Buenos días, Bella durmiente.- bromeé al ver su cara de dormida, tenía marcada la almohada. Y aún así, era la persona más hermosa que había en el universo.

Adora esbozó una sonrisa desde su lugar.
-Hey, Catra- su voz salió ronca y sentí un escalofrío recorrerme la espalda.-¿Estás emocionada por volver a clases?.

-¡Sí!- respondí inmediatamente sonriendo,dando un salto en mi lugar sin darme cuenta.- Y dormí perfectamente, eres como un horno y además eres muy cómoda, así que estoy bien descansada para poder estar todo el día activa y atenta.
También he estado estudiando con Trapta para no estar tan atrasada y no se me complique todo. Además ayer Mara y yo cocinamos tacos para que comiera en el almuerzo de hoy, así que el día será perfecto- hablé rápidamente, quizás unos decibeles más alto por la emoción que sentía.

Adora río y sin previo aviso me tomó de la cintura y me sacó de la cama quedando de pie- Entonces, ¿qué esperas, pequeña gatita estudiosa?, ve y prepárate, no querrás llegar tarde- animó, haciéndome dar vueltas en el aire.

Solté carcajadas hasta que me dolió el estómago por la risa, cuando mis pies volvieron a tocar el suelo frío, corrí en busca de mi ropa para encerrarme en el baño a cambiarme.

-¡No olvides tu medicación!- me recordó antes de que cerrara la puerta.

Una vez dentro del baño empecé a cambiarme con apuro, no quería perder ni un segundo.
Terminé de acomodarme la falda para acercarme al espejo que tenía unas hileras de estantes a cada lado, en el primer estante del lado izquierdo se encontraban mis diversos medicamentos, los tomé como se me había recetado y me lavé los dientes antes de salir del baño, sin mirarme mucho al espejo.

Me encontré con Adora dándome la espalda mientras se terminaba de abotonar la camisa blanca del uniforme frente al espejo de cuerpo completo que ella tenía en su dormitorio.
Me paré detrás de su cuerpo cuando me agaché para acariciar a Melog quien paseaba con despreocupación por allí.

-Se siente raro volver a usar el uniforme después de tanto tiempo- le hice saber a la rubia, que me miraba por el reflejo del espejo mientras se acomodaba la corbata.

-Si no te sientes cómoda con la falda podemos comprarte un pantalón- ofreció Adora de inmediato, le regalé una pequeña sonrisa y negué con la cabeza.

-No, no es eso. Ahora sí me siento como una alumna, antes se sentía distinto, como si estuviera disfrazada o fuera de lugar...

Me coloqué frente al espejo y Adora me rodeó suavemente con sus brazos.
Observé mi reflejo.

En las últimas semanas había conseguido recuperar un poco del peso perdido, pero aun así la ropa me seguía quedando un poco grande. Mi cabello, el cual llevaba por arriba de los hombros, estaba más brillante que nunca. Mi piel se veía sana, sin marcas de golpes, sólo con algunas cicatrices. Mis ojos siempre tristes se encontraban felices.