- Durante la inspección, una desconcertante calma nos sobre vino, como la tranquilidad que precede a una fuerte tempestad. Un viento siniestro golpeó nuestros rostros e inmovilizó a los corceles matándolos en el acto, mientras aún permanecían de pie. Al bajar de las monturas notamos algo diferente en el suelo, como si estuviera cubierto por una densa capa de lodo que atrapaba nuestros pies.
*A lo lejos, una bruma nos rodeaba y atrapaba los sentidos. No podíamos ver más allá de un par de árboles, las articulaciones dolían, nuestros oídos zumbaban y hacían eco, los intensos olores a cadáveres y descomposición atraparon a nuestras narices, haciendo que algunos cayeran al suelo tomando sus bocas tratando de no expulsar el líquido.
*El lodo en nuestros pies se endureció atrapándonos hasta las rodillas y el aire gélido congelaba nuestras manos a nuestras espadas.
- Eso lo recuerdo bien - El Príncipe lo interrumpió - Quiero saber qué pasó cuando los dejé.
- Bien - Se aclaró la voz - Cuando Su Majestad, el Príncipe, desmontó su corcel y nos defendió del primer golpe de la criatura, un sin número de pequeños Kajazan - Término con el que denominaban a las criaturas pequeñas que eran desprendidas por demonios de alto rango - Nos rodeó. Para cuando usted yacía en el suelo, todos nosotros teníamos heridas graves. Sin embargo, la criatura sabía de la debilidad de Su Majestad ante la energía demoniaca pura, así que, una vez se deshizo de los sacerdotes que nos curaban, no dudó en diezmarnos y mantenernos vivos para amenazarlo, por eso entendemos que Usted haya soltado su arma para recibir una gran esfera con su energía demoniaca concentrada. Expresamos nuestra eterna gratitud por eso - Se arrodillaron colocando sus frentes en el suelo. Cada Cardaellaine presente lo hizo.
- Lo hice porque eran su familia - Murmuró con intenso dolor, atravesando el corazón de los presentes - Continua.
Aún en el suelo, prosiguieron - A pesar del valiente sacrificio de Su Majestad, esa criatura disfrutaba de vernos en agonía. Mis hermanos y yo, los últimos en pie, nos acercábamos para cerrar el círculo y vigilar nuestras espaldas. Pero Euhemeros saltó y se interpuso entre uno de los Kajazan que estaba entre Edward y yo, resultando gravemente herido en el proceso. Con el cuerpo de Euhemeros al borde de la muerte y con la bruma cerrando nuestro campo de visión en todo sentido, nos preparamos para morir con todo el honor que un Cardaellaine manifiesta.
*Me quedé de pie empuñando mi espada, mientras Edward clamaba porque nuestro hermano no se encontrará con la diosa, entonces, no sé bien en qué momento fue, pero Nicolyn nos vio y ... - Un nudo en su garganta volvió a formarse al recordar estas cosas - La bruma nos estaba matando, no puedo describir el intenso dolor de vivir tan agónica muerte. El mismo aire era difícil de respirar, la piel se cortaba al contacto con la bruma, a lo lejos, se escuchaba la risa del Jakai - Demonio de mayor rango - Como si fuera entretenido. De súbito, una sombra diferente emergió de las profundidades, no puedo expresar bien qué clase de oscuridad era, pero, parecía, un color negro, puro y brillante, como si fuera lavado... Al verlo, sentí un miedo como jamás había experimentado, algo como... una convicción incapaz de frenar, un deseo tan puro que hallaría la manera de realizarse por sí mismo. Ante tal concepción ilimitada e inteligible, me quedé pasmado. Fue similar a un espectáculo que no debía interrumpir solo, bueno, dejarme llevar por él.
*Esta sombra oscura se abría camino entre la bruma demoniaca con una firmeza admirable e inquebrantable. Temí porque un mal mayor se nos avecinara. Y una criatura salió de esta oscuridad, una como jamás había visto. Era larga y delgada con un centro esférico, similar a una erra o a un wua - Criaturas similares a una araña y a un pulpo, respectivamente - Se acercó a nosotros con prisa y cuidado. Le supliqué, ante mi temor, que en caso de matarnos se conformara conmigo, eventualmente, fui víctima de mis intensas emociones al pensar en la defensa de mis hermanitos. La criatura se acercó con más cuidado y limpió mis lágrimas con gentileza... Fue... Tan cálida, como los primeros rayos del sol después de las más intensas lluvias... La viscosidad que la envolvía se desprendió de ella en el acto y Nicolyn fue revelada. La sorpresa fue una de las tantas emociones que me sobrevinieron en el momento, pero ella se veía tan moribunda y demacrada, como si estuviera lista para morir o para sacrificarse... Como si su destino la atara del cuello...
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Mi destino como Villana.
Novela JuvenilTodas las historias tienen dos versiones, una linda y radiante llena de bellos sentimientos, y otra fea y lúgubre de la que nadie quiere tomar atención. Constantemente, la vida me enseño que las personas que vivían una buena vida, llena de lujos o...